Una cuestión de ser y parecer

Por Juan Paredes Castro

Suele pensarse que el ser o no ser al igual que el ser y el parecer tienen más que ver con la filosofía que con la política.

Sin embargo, ambas dualidades calzan perfectamente en el concreto problema político peruano: lo que parece Estado no lo es y lo que en verdad es un presidente de la República necesita, además, el esfuerzo de parecerlo, como en efecto ocurre con Ollanta Humala.

Tenemos así gobiernos sucesivos, incluido el de Humala, que a ratos lo son y a ratos solo parecen serlo.

Es más: cada mandatario, si no vive el dilema de ser o no ser (los ha habido muchos en la historia nacional), vive la disyuntiva de ser y no parecer o el reto de ser y al mismo tiempo parecer, que en su caso sería el reto a asumir por el presidente Humala.

No estaría hoy escribiendo sobre este tema si no fuera porque en la tarde del lunes un apreciado amigo mío me hablara acerca de la dualidad que encontraba en el jefe del Estado, entre el ser y el parecer.

Pero más que una dualidad él constataba la hipótesis del comienzo de esta columna: que si bien el ser se expresa en Humala auténticamente, el parecer se queda demasiado corto, cuando debiera ser lo contrario: lo más agresivo posible a la hora, por ejemplo, de exhibir autoridad.

Mi otra motivación, un día después, fue la conversación entre Alfredo Bryce y Beto Ortiz en el noticiero ?Abre los ojos?.

Bryce respondió a una pregunta de Ortiz diciendo que la ?H? de Humala parecía más la ?H? de Hamlet, el personaje shakesperiano del ser o no ser. Para Bryce, Humala debiera parecer más gobernante, más enérgico, más decidido, más osado.

Humala no tiene, pues, que ser...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR