Las cuentas en rojo del terror

Por Francisco CarriónDesde El CairoEl autodenominado Estado Islámico (EI) ha sembrado de dolor esta semana las calles de Bruselas confirmando la aterradora presencia de células clandestinas y entrenadas de la organización yihadista en suelo europeo. La escalada de sus operaciones en Occidente, sin embargo, coincide con los reveses que el grupo ha cosechado en los confines del califato declarado en amplias zonas de Siria e Iraq. Por primera vez desde su desbocado crecimiento al calor del polvorín sirio, los acólitos de Abu Bakr al Baghdadi experimentan serias estrecheces económicas. ?Se han visto obligados a reducir a la mitad el sueldo de los dirigentes y un 30% el de soldados y oficiales?, explica a El Comercio el analista Hashem al Hashimi, autor de ?Dentro del Daesh [acrónimo en árabe del Estado Islámico]? y en la actualidad asesor del Gobierno Iraquí. ?Los ataques aéreos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos ?agrega? han golpeado nueve bancos del EI en Mosul. En al menos dos de ellos había depositado 150 millones de dólares. El resto había sido vaciado previamente?. ?Se escurre el dinero?Según un activista local que rehúsa identificarse por miedo a represalias, el EI ha respondido a la creciente amenaza vaciando las reservas de dinero y ocultándolas en túneles excavados bajo la ciudad. Para su traslado, ha optado por taxis y transporte público en un intento desesperado de sortear los ataques. ?El cielo de Mosul está plagado de aviones de vigilancia?, advierte la citada fuente.La austeridad ha alcanzado a la organización terrorista más boyante del planeta, que presumía hasta ahora de un formidable acceso a fuentes de financiación. Un complejo entramado levantado a partir de donaciones procedentes de ciudadanos anónimos de las monarquías del Golfo Pérsico; años de extorsión a empresarios en ciudades como Mosul, la segunda urbe de Iraq; el saqueo de entidades financieras que sucedió a la conquista de nuevos territorios; el tráfico de seres humanos, en su mayoría de la minoría yazidí; una abultada retahíla de impuestos ?electricidad, recojo de basura, telefonía o alquiler de viviendas incautadas por la organización? en las poblaciones bajo su yugo; los secuestros; o el mercado ilegal de antigüedades.No obstante, lo que realmente había cimentado su poderío económico era el contrabando de petróleo. Según varios informes que han tratado de desentrañar este floreciente negocio, el EI ha vendido el crudo extraído de los...

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