Que la cuarentena no sea infecta

Por Periodista

Hagamos sociología dura: hay un alto grado de transgresión, incontenible necesidad e informalidad que el Gobierno no podrá parar con una política represiva como la que ha desarrollado en las primeras semanas de cuarentena. La principal culpa es de todos nosotros que hemos alentado un individualismo y emprendedurismo que no para mientes en salir adelante y vive al día, esquivo al registro y a la inclusión financiera. Perú es un país muy complicado para gestionar una pandemia que requiere distancia social.Por todo esto, el mensaje del viernes pasado fue tan malo que el presidente pidió perdón y lo corrigió el lunes. Subrayó la represión ?¡se prolonga un mes la cuarentena!, dijo? y no el trascendente hecho de que se están liberando varias actividades productivas para que la economía respire. Debió hacerlo exactamente al revés, levantarnos el ánimo y, una vez de mejor humor, disparar todas las balas de salva ?las de la comunicación, no las de las fuerzas del orden? en los mensajes más persuasivos para que la soltada de amarras no traiga un rebrote de cuidado.La sociología dura dirá que el rebrote se dará de todos modos si se incrementa la aglomeración en el transporte público, en los paraderos y en los centros de trabajo. Está bien que en esos puntos se concentren los esfuerzos por poner orden. Pero esto es sobrepasado por la creciente cantidad de gente que se moviliza.Entonces, la tarea clave es: ¿cómo llegar con más impacto y efecto al...

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