Crónica

Por Miguel ?Miki? TorresVocero de Fuerza Popular

?Fue un gran susto?, me comenta un keikista. No alude ni a la política ni a la justicia, los dos frentes que abruman a Keiko desde que se lanzó de congresista en el 2006. Se refiere a la intervención quirúrgica que sufrió ?la hizo pública en Twitter? en la que le extirparon unas tumoraciones que, llevadas a análisis patológico, resultaron benignas. La ?sanación? de Keiko no es su única razón para haber salido al fresco, por supuesto. También están las expectativas por minimizar ?la ilusión es ?anular?? los cargos de lavado de activos y organización criminal, debilitados tras varios años sin acusación formal. La decisión del fiscal José Domingo Pérez, némesis del fujimorismo, de postular a juez y, poco después, la noticia de que desaprobó el examen fueron dos momentos de regocijo naranja.?Posición adelantada?Pero no todo es Keiko cuando hablamos de Keiko. Hay un partido nacional, Fuerza Popular, quizá el más organizado del país, que vive por encima de las tribulaciones de su cabeza de 48 años. No es exactamente una ?federación de independientes?, como se le ha achacado muchas veces; pero sí un movimiento donde muchos tiran para el monte de sus intereses. Un dirigente naranja que prefiere el anonimato me dice: ?Es natural y debe ser normal que una dirigente que en tres momentos ha representado a la mitad del electorado se manifieste. Hay que ?desparlamentarizar? la política, no todo puede pasar por el Congreso??. Ojalá más dirigentes partidarios salgan a la palestra y nos desparlamentaricen. ¿Pero acaso los oiríamos si no tuvieran bancada y manejo de sus votos?También hablé con Miki Torres, vocero del partido, y me apunta la principal razón política que ha coincidido con el ?alta? de Keiko: ?Nunca hemos sido ni hemos dicho que quisiéramos ser un cogobierno ni mucho menos. Estábamos dando chance y queríamos ayudar todo lo posible; pero han pasado seis meses y nos sorprendió que la presidenta saliera a hacer un recuento donde todo estaba bien?. Miki continúa explayándose en las debilidades de los cuatro ministerios cuyas cabezas pidió precisamente su lideresa: Salud, Agricultura, Energía y Minas e Interior. ¿Es la única manera de pechar y marcar la cancha pedir que rueden cabezas cuyos nombres ni siquiera retiene la opinión pública? No pidamos peras al naranjo: la tradición en la que se inserta FP es la de la interpelación, la censura, la ley aprobada por insistencia y la vacancia.De muchos temas...

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