crónica

Cualquiera que conozca a Mariano González presentía lo que iba a hacer: armar un equipo para pillar a los prófugos Juan Silva, Bruno Pacheco y Fray Vásquez, y zafarse de una buena vez de la etiqueta de ?ministro del amor?. La sorpresa no fue que él fichara a Harvey Colchado, sino que Castillo no supiera que había fichado al que podría ser su carcelero.Ha quedado demostrado, pues, que el entorno castillista tiene una distorsionada lectura de la realidad y de las gentes. González no le contó a Castillo lo que pretendía hacer ni dio oportunidad para que le diga lo que esperaba de él. El ministro prefirió evitar esa conversación.Volvamos al eje de la crisis. Recién Castillo le trasmitió su malestar a González y le pidió explicaciones sobre los cambios el mismo martes en la tarde, luego de difundida la noticia de que el Mininter tenía armado un equipo para pescar la gran corrupción. González quedó con él en que le daría personalmente las explicaciones. El presidente quedó en precisarle la hora. A los pocos minutos, tuiteó separándolo.Aníbal Torres lo detestaba y en cualquier momento podía anunciarse la captura de Pacheco o Silva. Le sobraban razones a Castillo para actuar rápidamente a pesar del inevitable escándalo. Y ya tenía un reemplazo: Arturo Willy Huerta Olivas. Huerta había conocido las cuitas íntimas del presidente un día muy pero muy especial.?¡Fiscales en Palacio!?Huerta estuvo en Palacio el lunes 20 de diciembre entre las 12:46 p.m. y las 2:33 p.m., según el registro de visitas. ¿Saben qué pasó ese día? La fiscalía hizo un sorpresivo operativo de allanamiento al despacho presidencial y en el baño que había sido de Bruno Pacheco encontraron US$20.000. Huerta fue acompañado del obispo Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), y de Guillermo Inca, secretario adjunto de la CEP. El ahora ministro era el encargado de los asuntos de la Iglesia Católica en el Ministerio de Justicia, y antes había asesorado a la CEP, así que no es de extrañar que estuviera con esa compañía.En el registro, los tres aparecen como visitantes del entonces secretario general, Carlos Jaico. Me comuniqué con Jaico y me dijo que ni los atendió ni supo de su visita. Y está seguro de ello, pues esas horas se la pasó atendiendo a los fiscales. ¿Qué hizo Huerta ese día aciago para el entorno íntimo de Castillo? ¿Quién lo atendió, ya que Jaico no lo hizo? Una hipótesis que cobra fuerza ahora es que las dos horas que pasó allí como testigo del...

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