La critica al neoliberalismo se ha quedado sin aire.

AutorDu
CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

A mediados de junio de 2007, me encontraba en Huancayo intercambiando algunas reflexiones sobre las dificultades de la participación ciudadana en el país con un grupo de treinta personas. Avanzada la discusión, un señor de poco más de sesenta años pidió la palabra y sentenció: "La raíz de todos los problemas señalados es el sistema económico neoliberal, que permite el enriquecimiento de algunos a costa del empobrecimiento de muchos". Algunos de los presentes asintieron moviendo de arriba a abajo la cabeza, mientras otros sencillamente no lo tomaron en cuenta. No era la primera vez que en una de mis reuniones con miembros de organizaciones sociales alguien planteaba esta conclusión, lo que me sugirió algunas interrogantes: ¿Cómo ayuda este "razonamiento crítico" a conocer las distintas dificultades que se manifiestan en el ejercicio ciudadano del día a día de nuestro país? ¿No será que los académicos y políticos hemos esparcido explicaciones para nuestros problemas nacionales revestidas de sentido crítico, pero sustentadas en el más absoluto simplismo?

En seguida ensayamos algunas reflexiones sobre el pensamiento crítico en la vida política de nuestro país. A propósito, sugiero que el vigor del que aún goza el neoliberalismo pasa, entre otras, por las formas en que los actores que buscan construir un discurso contra-hegemónico piensan la política, las que se sustentan en una lógica crítica que, parafraseando al francés Bruno Latour, se habría "quedado sin energía". (1)

EL NEOLIBERALISMO COMO NODO DISCURSIVO

"Que Dios nos ayude" fue la frase con la que el entonces ministro de Economía Hurtado Miller finalizó, en julio de 1990, su mensaje a la nación, informando la aplicación de un drástico ajuste económico en el país. Podría decirse que el shock económico significó el inicio de una decidida apuesta por una economía de libre mercado. Para unos, comenzó una "revolución capitalista" (Althaus, De Soto, CONFIEP); para otros (CGTP, Francke, Campodónico), se inició la vuelta a una economía primaria exportadora y dependiente de los capitales transnacionales.

La hegemonía política involucra disputas discursivas. Según los teóricos políticos Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, (2) un nodo es una fijación discursiva parcial que permite la identificación de distintos sujetos sobre la base de formas de dominación o subordinación. Es decir, nuestra condición de indígena, mujer, obrero, cocalero, etcétera, puede ser concebida como nodo discursivo en la medida en que permita significar intereses y reclamos compartidos, abriendo la posibilidad de procesos de articulación de intereses.

El concepto de neoliberalismo ha sido utilizado como nodo discursivo por distintos actores sociopolíticos en el país --la CGTP, el movimiento cocalero, las organizaciones sociales de base, entre otros--, intentando significarlo desde una perspectiva crítica. En los distintos paros regionales y nacionales ocurridos en los últimos años, la petición de cambio del modelo económico o la condena al neoliberalismo casi siempre ha estado presente.

El neoliberalismo como nodo discursivo no solo se presenta en los movimientos sociales, sino también en los partidos políticos. En el debate del año 2006, cuando los entonces candidatos Ollanta Humala y Alan García se refirieron al tema de la política económica y la lucha contra la pobreza, señalaron lo siguiente:

[...] este modelo económico, a mi juicio, impide que cualquier crecimiento traiga desarrollo a través de la redistribución equitativa de la riqueza; lo que ha traído es la generación de una exclusión económica del pueblo peruano. Este modelo...

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