La larga crisis del sistema judicial: una entrevista a Gorki Gonzales, abogado y profesor de la PUCP.

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CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

¿Cuál es tu evaluación de las sucesivas reformas del Poder Judicial, cuya aprobación es prácticamente nula entre la población?

Hay que distinguir la última fase de la reforma judicial, aquella que surge del proceso de la CERIAJUS luego del retorno del Perú a la democracia. La CERIAJUS no logró, pese a la perspectiva exhaustiva de reforma institucional del sistema judicial, instalarse en la realidad pero influye sobre lo que se tiene que hacer en este momento. Hay una gran propuesta con una agenda de lo que se tiene que hacer para transformar el sistema de justicia en el Perú. Esta agenda, además, hace señalamientos muy precisos en los distintos espacios del sistema judicial. Parte de un diagnóstico de los problemas, establece las posibles vías de solución e incluso, en algunos temas, especifica detalles. Por ejemplo, la ley de carrera judicial, que actualmente está por aprobarse en el Congreso. Esta ley surge del escenario de la CERIAJUS y se ocupa de un tema medular de la reforma del sistema judicial. Desde los orígenes de la República, cuando se ha hablado de reforma judicial, el enfoque de los gobiernos --tanto autoritarios, de facto como democráticos-- ha sido suprimir cargos, cortar cabezas, sacar a los jueces para poner jueces leales al régimen de turno. Cada vez que se ha producido un intento de reforma, la idea de suprimir cargos judiciales resume el concepto. Incluso en el Diccionario de la Legislación Peruana del jurista arequipeño Francisco García Calderón, del siglo XIX, la voz 'reforma judicial' hace referencia a esa idea: suprimir cargos judiciales.

La idea es que hay un control de parte del Ejecutivo.

Lo que se busca al hacer una ley de carrera es evitar que este manejo, que ha sido ostensible a lo largo de toda la República, se mantenga.

Pero la carrera judicial no existe en este momento.

Existe un conjunto de normas que concurren con la idea de darle al juez un estatuto, pero el juez debe tener un sistema de carrera porque de eso depende la independencia judicial y que los ciudadanos tengan la posibilidad de acceder a la justicia sabiendo que las decisiones de los jueces que resuelven los casos tienen elementos de imparcialidad previos. Es importante no solo para los jueces, profesionalmente hablando, sino para la ciudadanía.

Pero lo que se nota es que hay un control. Antes, los jueces estaban controlados por Montesinos y ahora se habla de que el Poder Judicial está controlado por el APRA. Lo difícil es superar esta dependencia, porque este control está enraizado. ¿Quién hace la agenda, la reforma?

La ley de carrera es importante porque permite al juez tener una perspectiva clara de su desarrollo profesional. Quien resuelve los conflictos, quien toma las decisiones respecto de cómo se adjudican los derechos, debe ser un sujeto premunido de reglas claras no solo para él sino para los ciudadanos. Es la primera vez que vamos a tener un sistema que condicione el espacio. Eso es fundamental. Una ley no cambia la realidad. El tratamiento del Poder Judicial por el régimen autoritario de Fujimori ha ejercido una influencia que se proyecta hasta la actualidad en muchos de los jueces. Las relaciones que se establecieron entre el Ejecutivo y el sistema judicial pueden haber generado cierto sedimento que forma parte del imaginario nacional de los jueces.

¿Y los castigos a...

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