Creer o reventar

Por Carlos Salas/Elkin Sotelo

Las chancesHacer 24 puntos parece lejano cuando en la tabla Perú solo tiene 3 unidades y le quedan 18 por jugar en Lima. Tendría que conseguir a partir de ahora el puntaje perfecto como local y arañar puntos en otros países. Pero antes de jugar a las matemáticas, es preciso jugar al fútbol. Perú requiere un arquero que dé garantías, un sistema defensivo que funcione cabalmente y un aprovechamiento de ocasiones de gol que no nos haga dependientes en extremo de Paolo. Sin catorce o quince jugadores fiables, no habrá plantel posible. Ahorita no tenemos ni ocho. Con Argentina, Uruguay y Chile muy firmes en el lote de arriba, y con Colombia y Ecuador destacando en el grupo intermedio, Perú hoy solo podría tener mínimas chances del medio cupo. Es repechaje o nada.

El compromisoDel técnico, existe. El pronostico pesimista de quienes decían que si perdía en esta fecha doble renunciaría no se ha cumplido. Más allá de alguna reacción colérica conocida en su perfil, Markarián no ha dado razones para dudar. Los que sí abren la interrogante en el rubro ?compromiso? son los jugadores. Que se matan en los 90?, lo creemos, pero que fuera de la cancha varios son indolentes y hasta frívolos de cara al hincha, no hay duda. Hay una división clara de conductas entre los jugadores salidos de este ciclo (Cruzado, Ramírez, Balbín?) y los ?extranjeros? ya caídos en otros procesos. La idea del ?crack? con modales de ?rockstar? aplica perfectamente en el caso de varios. Es imposible que haya plena fijación en los cotejos si existe la idea de que venir a jugar las Eliminatorias es oportunidad de saludar a los amigos, disfrutar de la gastronomía y de las noches ?rociadas?. Así ha sido siempre y así es como hemos fracasado. Así es como seguimos últimos.

Manuel BurgaEs todo un factor. Su presencia desgasta y limita. Si hoy alguien desea dirigir a Perú debe transar con él, no hay otra. Le pasa a Markarián. Le hubiera pasado a Oblitas si finalmente hubiese sido el elegido antes de la Copa América del 2007. Y no por trabajar con Burga, Oblitas sería hoy un indecente. De haberse dado ese pacto, habríamos tenido que evaluar a Juan Carlos como hoy evaluamos a Markarián, es decir, como un entrenador muy capaz ?no infalible? que deseaba dirigir a Perú y que en esa meta negoció con un dirigente nefasto. En El Comercio hemos pedido infinitas veces la salida de Burga por considerarlo no capacitado para la reforma. Hoy Burga vela más por su continuidad...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR