Cómo el crecimiento retornó a gran Bretaña

Por George Osborne (*)A medida que Estados Unidos y Gran Bretaña se recuperan de la Gran Recesión, la pregunta que se plantea acerca de economías avanzadas como la nuestra es la siguiente: ¿nos enfrentamos ahora al estancamiento secular y al declive a largo plazo, de manera que sencillamente no será posible prometer a la siguiente generación vidas mejores que las nuestras?Luego de haberme reunido con autoridades y líderes empresariales en EE.UU. durante los últimos días, mi respuesta es un rotundo no. Gran Bretaña, EE.UU. y otros países en Occidente no tienen que aceptar la derrota en la carrera global y resignarnos a degradantes niveles de vida. La forma de evitar este destino es reconocer dos premisas acerca de la economía moderna y luego tomar las acciones necesarias para superar los problemas económicos de nuestras naciones.En primer lugar, no vamos a enriquecernos pidiendo más préstamos de otros países en el mundo solo para que podamos comprar las cosas que ellos producen. Tenemos que ganarnos nuestro propio lugar en el mundo haciendo que nuestros países atraigan inversión extranjera, educando mejor a nuestra fuerza laboral y proporcionando un clima en el que nuestras empresas sean capaces de producir bienes y servicios con la calidad suficiente para que el resto del mundo quiera comprarlos.En segundo lugar, nuestros gobiernos tienen que vivir dentro de sus posibilidades y no acumular déficits y deudas que cargarán a las generaciones futuras con impuestos que deberán pagar por ellos. Tenemos que reducir las prestaciones y dar valor al dinero a través del gobierno, de manera que podamos centrar el gasto público en los sectores que puedan mejorar nuestra productividad.En Gran Bretaña, hemos estado siguiendo un plan económico de largo plazo que busca lograr estos dos objetivos. La prueba es que nuestro plan está funcionando aunque el trabajo aún no ha terminado.Cuando el gobierno de coalición llegó al poder hace tres años y medio, se calculaba que el déficit del Reino Unido era más alto que el de cualquier otro país en el G-20. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, desde entonces, el gobierno ha logrado una reducción de 4,4% en el déficit estructural en tres años, mayor a cualquier otra importante economía avanzada. Lo hemos logrado con un programa equilibrado: el 80% de la consolidación provendrá de la reducción del gasto y del bienestar, y el 20% principalmente del aumento del impuesto a las ventas. Los más ricos han pagado...

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