Costoso acuerdo comercial

El pasado 21 de enro, de pie enfrente de la crema y nata del planeta, durante la cumbre del Foro Económico Mundial en Davos, el centro vacaional montañoso suizo, el presidente Donald Trump alardeó sobre el "cambio transformador" de la política comercial de Estados Unidos. La "fase uno" del nuevo acuerdo con China, dijo, reducirá las barreras comerciales y protegerá la propiedad intelectual.

Se pavoneó de la promesa hecha por China de adquirir US$ 200,000 millones addicionales en servicios, productos agrícolas y bienesmanofacturados estadounidenses en los próximos dos años. No estaba exagerando, pues efectivamente el acuerdo marca un viraje fundamental en la política económica estadounidense; pero a nivel de compras y no de reglas comerciales. Y no es un cambio para mejor.

Este país ya adoptó en el pasado reglas basadas en objetivos, en sus relaciones comerciales (el llamado "comercio dirigido"). Los mercantilistas como Donald Trump dirigen el comercio exterior de sus países de dos maneras: Ya sea restringiendo las ventanas realizadas desde economías extranjeras o alentándolas a importar más de sus bienes.

En las década de 1980, los negociadores estadounidenses dedicaron la mayor parte de sus esfuerzos a la primera alternativa, puestos que afrontaban la presión política de tener un creciente déficit comercial y terminaron convenciéndose de que las prácticas comerciales de Japón eran desleales. En su punto álguido, estas restricciones "voluntarías" afectaron alrededor de 12% de todas las exportaciones hacia Estados Unidos, incluidos autos, acero, herramientas mecánicas, textiles y semiconductores.

Las expansiones voluntarias de importaciones-cuando un socio comercial acepta importar más, como lo ha hecho china- son menos comunes. El caso más recordado fue la negociación realizada por el gobierno de Ronald Reagan con su contraparte japonesa, que se comprometió a que el 20% de su mercado de semiconductores fuese importado.

El objetivo no fue combatir el déficit comercial sino abrir un mercado que Estados unidos consideraba deslealmente cerrado.

Se esperaba que la intervención obligaría a los proveedores a invertir en nuesvas relaciones económicas y que provocaría un giro sostenido en las tendencias comerciales.

En apariencia es positivo

Una interpretación benévola del acuerdo de Trump con China es que simplemente está tratando de hacer los mismo que Reagan. El mandatario estadounidense no es el único en tener la sensación de que el...

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