Cortocircuito

Trascendió en los últimos días que el sector que dirige el ministro Castilla estaría ?empeñado en modernizar? Electro-Perú abriéndolo al capital privado. De concretarse estas intenciones, hay mucho por celebrar. Y la celebración sería a lo grande si, pronto, el Gobierno tomara la decisión de retirarse de este sector por completo, pues, como hemos explicado varias veces en esta página con otros ejemplos, este es el primer paso para ?modernizar? las empresas públicas.

¿Por qué?, se preguntarán muchos defensores de la ?soberanía nacional?. Pues por la sencilla razón de que los políticos de quienes dependen en última instancia las empresas del Estado no se juegan en ellas su propio dinero, sino el ajeno. Y esto es lo que, a su vez, lleva a que en vez de preocuparse por abaratar costos, maximizar ganancias y llegar a la mayor cantidad posible de clientes, tiendan a convertirse en organizaciones ineficientes y deficitarias.

Esto no es una simple especulación teórica. Los peruanos, desgraciadamente, tuvimos la mala suerte de comprobarlo empíricamente en nuestro propio país. Entre 1968 y 1990 (año del inicio de las privatizaciones), las empresas estatales habían perdido más de US$ 7000 millones (24% del PBI de 1990) por mala gestión. ¿Y quién pagó esa cuenta? Todos, a través de nuestros impuestos.

El sector eléctrico, en buena hora, pasó por un proceso de reforma en el que se logró la privatización de buena parte de las empresas estatales. Y los buenos resultados no se hicieron esperar. Justo antes del momento en que empezaron las privatizaciones en este sector las empresas de distribución eléctrica perdían más del 20% de lo que distribuían. Hoy las privadas pierden 7% aproximadamente, lo que, según cálculos del Instituto Peruano de Economía, estaría cercano a los estándares internacionales. Es decir, hoy hay más energía disponible.

La cantidad de personas a la que llega la electricidad también ha aumentado considerablemente. En todo el país, en 1992 menos del 55% de la población tenía acceso a electricidad y para el 2011 esta cifra ya había llegado aproximadamente al 82%.

Los consumidores, asimismo, se han beneficiado con reducción de tarifas: entre 1994 y el 2011 estas cayeron más de 10% (a diferencias de lo que sucede con el agua...

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