Cortar el racismo de raíz

Por JUAN CARLOS FANGACIo

cuando aún no salimos de las discusiones que generó el grave caso George Floyd, seguido de la supuesta censura a ?Lo que el viento se llevó?, otro agitado debate se armó desde que la empresa Alicorp decidió retirar del mercado la marca Negrita, como una manera de adaptarse a las nuevas formas en que se aborda el racismo y la diversidad.Una discusión que mucho tiene que ver con el lenguaje, desde luego. Y que no es poca cosa, como han querido hacerlo ver algunas personas. El debate por una palabra como ?negrita? deja de ser un problema trivial cuando impone una representación social, en este caso negativa.Como señala la lingüista Eliana Gonzales, integrante de la Academia Peruana de la Lengua, ?las personas llenan de contenidos subjetivos a las palabras. Por eso las palabras pueden tener un significado denotativo y un significado connotativo. Y es este significado connotativo el que se va llenando con nuestras experiencias, con nuestra percepción, con la relación que tenemos con las demás personas?.Gonzales pone como ejemplo la palabra ?gitano?, que hasta hace unos años tenía como una de sus acepciones ?que estafa u obra con engaño?. La Real Academia Española (RAE) retiró esa definición justamente por contener una carga negativa y despectiva, asociada con una comunidad.De allí que resulte absurdo equiparar la connotación de una marca como la mazamorra Negrita con decir que la cerveza es rubia. ?No son comparables porque los colores tienen una simbología y una carga cultural muy diferente entre sí. ?Aquí hay una mano negra? viene de un universo perceptivo muy distinto al de ?mi hijita se casará de blanco??, señala el escritor y publicista Gustavo Rodríguez.?Negro, marrón, rojo… en el Perú esos colores ya tienen una dimensión peyorativa a la espera de ser captada. ?Blanco? también, en cierta forma, pero a su favor tiene una inmensísima carga de asociaciones positivas?, agrega.Por ese motivo, discutir el racismo que conlleva una marca como Negrita ?por más que lleve 60 años en el mercado y sea quizás una tradición? no solo parte del tema enunciativo, sino de las honduras semánticas, en este caso nocivas. ?No estamos cuestionando el uso del color sin un significante ?precisa la comunicadora y activista afroperuana Sofía Carrillo?. Estamos diciendo cómo este término ha hecho alusión histórica a nuestro pueblo, colocándonos en la única posición en la que nos concebían, de servicio al otro?.?De palabras y colores ?Es...

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