La corrupción y los mecanismos de mercado

Por Profesor de Economía de la Universidad del PacíficoLea mañana en Economía aAlejandro FallaEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Detrás de cada proceso de contratación de un servicio o la compra de un bien hay espacio para la corrupción. Mientras más poder tenga quien compra, mientras menos tenga que rendir cuentas a terceros y mientras más ineficaz sea el control, mayor será el espacio para la corrupción. Si el jefe de la oficina de compras no tiene que seguir procedimientos previamente establecidos, más fácil será que un proveedor quiera ganar esa cuenta que hoy no tiene, comprando la decisión de dicho funcionario. Si dicha entidad no tiene que informar sobre quiénes son sus proveedores, o si no tiene que mostrar el costo unitario de los bienes que compra, la corrupción estará a la vuelta de la esquina. Es una buena práctica en el sector privado exigir a todos los funcionarios con poder de decisión que pasen con cierta frecuencia por una verificación de su calidad crediticia con el sistema financiero. Si una persona tiene problemas financieros, será más probable que quiera resolverlos aprovechando su poder de decisión. Aquí lo que importa es la verificación constante. De poco sirve si esta es infrecuente o si no se informa a los funcionarios lo que se está haciendo. En general, es más fácil que la corrupción aparezca de una transacción poco competitiva, donde el que decide el resultado de la transacción tiene un gran poder discrecional. Por ello, se utilizan con frecuencia esquemas de subastas para intentar reducir los espacios a la corrupción, pero estos no son infalibles. Por ejemplo, se pueden establecer requisitos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR