Corea olímpica

Por Instituto CatoLas olimpiadas suelen enfocar los ojos del mundo en las supuestas maravillas del país anfitrión, que además las aprovecha para hacer mercadeo geopolítico. Frecuentemente, todo termina siendo un espectáculo desagradable. Nada más hay que acordarnos de los últimos dos certámenes. Las olimpiadas de Rusia fueron una fiesta de sobregasto y corrupción por un régimen cada vez más autoritario. El Kremlin las usó para distraer a la comunidad internacional de su agresión contra Ucrania, que decidió invadir cuando concluían los juegos. Las olimpiadas de Brasil se organizaron ante el descontento palpable del pueblo con su clase dirigente. Ya sabemos que la corrupción se extendió mucho más allá de los juegos y se exportó a América Latina.Sin duda aprenderemos algo desagradable de la organización de las olimpiadas que se están realizando en Corea ?es casi inevitable dada su naturaleza público-privada?. Pero, a diferencia de los últimos casos, la historia contemporánea de este país anfitrión es admirable. Esa historia la resalta todavía más el trasfondo geopolítico de estos juegos ?la difícil relación entre las dos Coreas?, pues evidencia una verdad impresionante: en la península coreana se encuentra un país asombrosamente exitoso junto a uno sumergido en la miseria, la represión y el subdesarrollo. Es fácil estancarse en la pobreza, como lo ha hecho Corea del Norte. Lo que han logrado los surcoreanos, en cambio, debería inspirar al mundo en desarrollo. En pocas generaciones, un país con pocos recursos naturales, devastado por guerras y sumamente pobre se convirtió en un país desarrollado. En 1960, el PBI per cápita de Corea del Sur era de US$158. En el 2016, llegó a ser US$28.000. En el camino, se transformó del autoritarismo a la democracia. Corea del Sur ocupa un puesto alto (29) en el índice de libertad humana. Es bien conocido que las políticas de apertura económica explican el despegue de Corea del Sur. Las marcas de sus grandes empresas, como Samsung o LG, también son muy conocidas. Es cierto que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR