El corazón del monstruo

Por Presidente de Arellano Marketing y profesor de Centrum CatólicaComo lo ha dicho el ministro Thorne, y lo ha mostrado Alfredo Torres en este Diario, la informalidad tiene muchas formas de presentarse. Hoy que se tiene como prioridad luchar contra este problema, conviene entender que más que varios animales distintos, la informalidad es un solo monstruo con varias cabezas. Una de sus cabezas es la informalidad de registro, señalada por autores como Hernando de Soto, para quienes informal es quien tiene propiedad no registrada legalmente, lo que le impide disfrutar de todos sus beneficios. Otra es la informalidad social, de quien actúa contra lo socialmente adecuado, como dar coimas, falsificar marcas o vender libros y discos piratas. Hay también la cabeza de la informalidad tributaria, de quienes no pagan los impuestos y tributos que la sociedad exige para el bienestar general. Y existe la informalidad administrativa, de quien no cumple los trámites exigidos, construye sin licencia o no paga los derechos de los trabajadores.No es que el Perú sea un caso especial, pues la palabra ?informal? se usa para asuntos tan variados como los prestamistas de Togo, el mercado ?rosa? de Tailandia y el trabajo de albañilería no declarado en Canadá (para más información se puede ver el libro ?Les entreprises informelles dans le monde?, Arellano, Gasse y Verna. Universidad Laval, Canadá, 1994). Pero lo importante de conocer su variedad es entender que solo podremos acabar con el problema si lo atacamos de manera integral...

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