La copa medio llena

AutorClaudia Paan
CargoPeriodista de Día 1

El 2015 será recordado con mucho optimismo dentro de la industria del pisco. Ese año no solo se alcanzó un récord histórico de exportaciones (de US$7,9 millones según el Ministerio de la Producción), sino también de producción: 9,5 millones de litros. Esta última cifra vale decir es diez veces más alta que la registrada en el 2001.

“Estamos hablando de tasas de crecimiento del 17% por año [en elaboración] y se pretende que aún con un mercado internacional desacelerado la exportación de pisco mantenga ese ritmo de crecimiento”, anotaba entusiasmado hace unas semanas el viceministro de Mype e Industria, Juan Carlos Mathews.

Si bien las proyecciones son alentadoras, el funcionario explicó que todavía hay un gran trabajo por hacer para seguir dinamizando el avance de esta industria, ya que aun el techo de crecimiento es muy alto.

UN NUEVO SORBO

Gracias al ‘boom’ de la gastronomía (y el sentimiento patriótico que nació a raíz de) el pisco se convirtió en el destilado preferido de los peruanos. Su versatilidad hizo que llegara a las recetas de cocina, las sobremesas familiares, las parrillas de los amigos, las mesas de los restaurantes y las barras de las discotecas.

Salvador López Cano, presidente del Gremio de Vinos y Licores de la Cámara de Comercio de Lima, señala que si bien la cerveza concentra el 95% de las ventas de bebidas alcohólicas en el país, cuando se habla de los destilados es el pisco el que brilla.

De los 3 millones de cajas (de nueve litros) que se manejan, 1 millón son del licor nacional; 800 mil de ron y, el resto, de whisky. Sin embargo, en los últimos años, el dinamismo de estos dos últimos licores –anota el líder gremial– ha sido mayor que el d el pisco.

Y esto no solo fue producto del mayor poder adquisitivo de los consumidores y su inclinación por probar nuevos sabores, sino por las iniciativas de los propios productores (activaciones, lanzamientos, orientación hacia el público joven, búsqueda de nuevos momentos de consumo).

“Hay pocas marcas en el mercado de ron y whisky, las que tienen por detrás empresas con grandes presupuestos de márketing. En el pisco no sucede lo mismo. Tenemos alrededor de 300 bodegas, pero la mayoría son pequeñas. Existe mucha competencia y nuestros márgenes son bajos”, remarca Iván Livschitz, gerente de Márketing de Bodegas y Viñedos Tabernero.

El ejecutivo dice que son cerca de cinco las bodegas que pueden hacerle frente a esta competencia. Con productos con valor agregado (como los ‘listos...

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