El contrasentido de la clase media informal

Por Jaime De Althaus. Periodista y antropólogo?No hay democracia sin burguesía?, decía Barrington Moore. Comerciantes, productores y profesionales necesitan un Estado que brinde seguridad, que proteja la propiedad y los contratos y que facilite la infraestructura básica para las comunicaciones y otras necesidades. Pagan impuestos para eso y, al pagarlos, se interesan en el destino de su dinero, en la cosa pública. Para eso eligen representantes o se inscriben en partidos. Eso es la democracia. Sostengo en mi último libro que en el Perú se intentó implantar la democracia en el pasado sin una clase media suficiente, sin una base social de ciudadanos plenos que la sustentara. Se extendieron derechos políticos antes que maduraran los civiles (libertad, propiedad, contrato, justicia) y el mercado. Por eso, la democracia no duraba más de 10 años y los partidos representaban solo a los sectores integrados, las clases medias, profesionales y laborales del reducido sector moderno de la sociedad. Pero sostengo allí, también, que esa condición está empezando a cambiar con la emergencia de una nueva clase media creciente de emprendedores, aunque todavía conformada mayoritariamente por ciudadanos no plenamente integrados en la medida en que siguen siendo informales. No pagan impuestos o no son conscientes de que el 18% del precio de muchos productos que adquieren es un impuesto.En una comunidad campesina el contrato social es comunal, endogámico. Las relaciones de parentesco o su modelo cultural rigen las relaciones económicas. El comunero contribuye con su trabajo o dinero en las faenas comunales, en las rondas o en las fiestas. La ciudadanía es comunal, no nacional. Algo de eso se proyecta cuando los...

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