El contralor debe ser cesado

Por Periodista y antropólogoLea mañana en Política aErick SablichEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Cualquier observador externo algo desprevenido diría que el Perú es un modelo de institucionalidad. Mientras en la meca del derecho y el equilibrio de poderes el presidente Trump despide al jefe del FBI por llevar adelante una investigación que podría llegar a comprometerlo, en el Perú el ministro de Transportes renuncia ante un informe de la contraloría que el propio Congreso iba a considerar definitorio para censurarlo o no. En el Perú gobierna el contralor general de la República.Pero resulta que lo que gobierna es la arbitrariedad descontrolada, porque el informe de la contraloría es confuso, contradictorio, equivocado y abusivo. Los argumentos no se entienden o son banales. El cálculo del perjuicio económico de 40 millones de dólares es erróneo, como ya ha demostrado el MEF. Es imposible que nada sea más perjudicial que un financiamiento con una tasa implícita de 22% anual, que la propia contraloría reconoce en un comunicado. Y nadie tiene derecho a destruir la honra de 11 funcionarios acusándolos penalmente sin fundamento alguno y sin tipificar delitos ni demostrar dolo y por decisiones principalmente técnicas.El contralor es un peligro público. ¿Qué funcionario se atreverá a tomar decisiones con una espada de Damocles de este tamaño? ¿Vamos a permitir que se frene el desarrollo del país?Solo la debilidad del Gobierno puede explicar que Vizcarra sometiera su destino a la opinión de la contraloría. Pues lo que era realmente escandaloso era el contrato original, que ni siquiera se podía resolver sin penalidad porque el...

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