La constituyente revive para recapturar el poder

La violencia no tiene justificación alguna y todos los sensibles fallecimientos son repudiables. Sin embargo, grupos afines al expresidente Castillo manipulan el derecho a la legítima protesta con actos organizados de vandalismo. Es evidente que la crisis política está llegando a un clímax exacerbada por un radicalismo delincuencial que siembra el caos para relanzar nuevamente una asamblea constituyente, un gobierno débil y sin apoyo propio, la manifiesta incapacidad de un Congreso de ponerse de acuerdo para lograr una salida institucional a la crisis y un 90% de la población que quiere que todos se vayan.La crisis política y la violencia descontrolada sin duda están pasando una gran factura a la economía y al bienestar de los más vulnerables. El adelanto de elecciones generales sin reformas políticas no asegura que el país recupere la gobernabilidad, pero como van las cosas (y pese a la negativa inicial del Congreso) aparece como la única válvula de escape que la mayoría de peruanos estaría en capacidad de aceptar. Incluso teniendo que asumir el costo y la incertidumbre que representa cualquier proceso electoral con pronóstico reservado.En este contexto, urge crear las condiciones mínimas para que el gobierno de la presidenta Boluarte pueda sostenerse y administre una transición ordenada y pacífica. Otras alternativas abonarían un mayor caos porque alimentarían la percepción de que el Congreso habría tomado el control del país y provocarían una mayor conflictividad social. Es justamente este escenario el que los violentistas de izquierda quisieran para justificar un ?momento constituyente?. Resulta evidente que la toma de carreteras y aeropuertos, la vulneración de la propiedad privada y amenazas a las fuentes de energía del país son parte de una estrategia premeditada de movimientos organizados que luchan por recapturar el poder tras el fallido golpe (la ejecución del ?plan B? al que aludía el ex primer ministro Torres si se vacaba a Castillo).Es innegable que toda esta situación descarrila cualquier atisbo de recuperación económica que un Gabinete con perfil técnico pretendía lograr en el corto plazo. Las agencias de calificación de riesgo coinciden que las fortalezas macroeconómicas son insuficientes para mitigar la crisis de gobernabilidad y que el entrampamiento político conduce al estancamiento económico y mina la capacidad de pago del Perú.Las pérdidas económicas se vienen incrementado exponencialmente día a día. Hasta el 16 de...

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