Los conservadores a los que el Papa no logra convencer

Por ismael monzónDesde Roma?Leo todos los discursos del Papa. Si sigue así, volveré a la Iglesia Católica?. Con esta frase sorprendía a los periodistas Raúl Castro, a la salida de la audiencia que mantuvo con Francisco en el Vaticano el pasado mayo, previa al viaje papal a Cuba. La revolución en el discurso del pontífice argentino ha acercado a la fe a los más descreídos, aunque sus recientes propuestas más progresistas han levantado de sus púlpitos a los guardianes de la ortodoxia. Durante las semanas previas al sínodo de los obispos sobre la familia, que se celebrará a partir del próximo 4 de octubre y en el que el clero deberá definir su visión de la sociedad, el Papa ha ido marcando el camino por el que quiere transitar. Abrió fuego al asegurar que los divorciados siguen siendo parte de la Iglesia, dejando la puerta abierta a que puedan volver a comulgar. Más punzante fue al anunciar que permitiría a los sacerdotes absolver a las mujeres que han abortado durante la celebración del año santo, que da comienzo en diciembre. Y pasó de las palabras a los hechos, al firmar una reforma que agiliza y abarata la nulidad del matrimonio. Junto con los derechos de los homosexuales ?sobre los que el Papa ya se preguntó que quién era él para juzgarlos? son los asuntos más polémicos que se debatirán en el sínodo, que reunirá a obispos y cardenales de diversa ideología. Entre ellos, algunos de los más críticos, que de forma oficial prefieren mantener el mutismo. Rechazo y respuestaEl único que ha levantado la voz en diversas ocasiones es el cardenal estadounidense Raymond Burke, que ha condenado en público alguno de los postulados sociales del Papa y que llegó a declarar que la ?Iglesia camina sin un timón?. En un movimiento estratégico, el pasado noviembre, Bergoglio trajo de Australia al británico Paul Richard Gallagher para encargarse de las relaciones exteriores y ubicó a su antecesor, Dominique Mamberti, en la Signatura Apostólica, puesto que ocupaba Burke hasta entonces. Mamberti se mantiene con una alta cuota de poder como uno de los últimos representantes de la curia que Francisco se propuso renovar poco después de su designación. La renuncia del cardenal Tarcisio Bertone, mano derecha de Benedicto XVI y a quien se le atribuyen sucias maniobras que pudieron desembocar en la renuncia del Papa alemán, y el nombramiento de Pietro Parolin como secretario de Estado del Vaticano ?nuncio hasta entonces en Venezuela? marcó el camino. La respuesta a las...

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