Conflictos sociales y construccion democratica.

AutorOrmaechea Choque, Iv
CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Durante la gestión del ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006), la preocupación por el manejo de los conflictos sociales adquirió relevancia. Las viejas fórmulas basadas en el mantenimiento del statu quo, la imposición autoritaria o la represión violenta de actores en conflicto, alternaron con acciones de fortalecimiento de la democracia, como la apuesta por el respeto a los derechos fundamentales, la transparencia, el acceso a la información, la participación ciudadana, la equidad, el diálogo y la concertación, sobre todo impulsadas por instancias de la sociedad civil.

En ese periodo hubo diversos conflictos que tuvieron momentos paradigmáticos, como la amplia movilización social de mayo de 2002 a partir de la unión concertada de los maestros del SUTEP, los trabajadores del Poder Judicial y del sector Salud, los transportistas y grupos de estudiantes, que llevó al Gobierno a declarar el estado de emergencia en doce departamentos del país; el <> de junio de 2002, con protestas que paralizaron la ciudad de Arequipa por la privatización de las empresas de electricidad EGASA y EGESUR; el linchamiento público del alcalde de Ilave Cirilo Robles, en abril de 2004, acusado de realizar una gestión municipal corrupta e ineficiente, tardíamente desmentida por las investigaciones llevadas a cabo; las movilizaciones de una facción del SUTEP que ocasionaron destrozos en edificios públicos y privados en Ayacucho; la virtual expulsión de la empresa minera Manhattan de Tambogrande y la protesta campesina de septiembre de 2004 contra la explotación del Cerro Quilish, en Cajamarca; la protesta de los campesinos de Ayabaca y Huancabamba contra el Proyecto Minero Río Blanco (Majaz); las reacciones de los pobladores de las comunidades y los colonos del Alto y Bajo Urubamba por los reiterados problemas con el ducto de líquidos de gas del Proyecto Camisea, que evidenciaron las dificultades existentes en las relaciones entre comunidades, Estado y sector extractivo; y el asalto a la Comisaría de Andahuaylas, en el año nuevo de 2005, por el movimiento etnocacerista encabezado por Antauro Humala.

Los primeros meses de gestión del Gobierno de Alan García tampoco han estado exentos de conflictos. Persisten los enfrentamientos entre comunidades y empresas mineras, y se han registrado violentas protestas durante los recientes comicios regionales y municipales al haberse detectado maniobras turbias; a ello se sumó el enfrentamiento entre ciudadanos abanquinos contra la decisión de la presidencia regional de destinar fondos de inversión para la provincia de Andahuaylas.

Estas situaciones han llevado a algunas instituciones públicas a impulsar iniciativas para reducir los efectos destructivos de la conflictividad social, tanto desde un enfoque de prevención como de resolución de conflictos. Por ejemplo, la Unidad de Análisis Estratégico y Prevención de Conflictos en la Presidencia del Consejo de Ministros, que se convertirá en la Unidad de Prevención de Conflictos; la conformación de la Unidad de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo; la gestión que viene cumpliendo el Presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, como mediador oficial de diversos conflictos sociales; o la labor del Ministerio del Interior, que cuenta con una oficina encargada de hacer seguimiento a la conflictividad social en el país a partir de la red de funcionarios policiales y de gobierno. Igualmente, existe una importante presencia multiactoral: la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, el Acuerdo Nacional, el Grupo de Diálogo Minería y Desarrollo Sostenible; o los consejos sectoriales para abordar problemáticas propias del sector correspondiente, como el Consejo Nacional del Trabajo o los espacios ad hoc para dar solución a conflictos, y las diversas mesas de diálogo o espacios específicos de negociación que se instalan en diversos puntos del país como Cajamarca, Huarmey (Áncash), San Marcos (Áncash), Majaz (Piura), Ilo (Moquegua), Río Corrientes (Iquitos), entre otros.

LOS CONFLICTOS SOCIALES: UNA RÁPIDA MIRADA A LA TEORÍA

Podemos apelar a Vicenç Fisas Armengol, (2) quien ha sistematizado las numerosas teorías sobre conflictos sociales en tres grandes enfoques: el biologista, el psico-sociológico y el estructuralista.

El enfoque biologista toma como punto de partida los conocimientos biológicos del ser humano y da una explicación puramente biológica de su comportamiento con relación al conflicto social. Destacan las teorías basadas en la agresividad como instinto innato de combate tanto animal como humano, capaz de ser dirigido contra sus propios congéneres. Tan solo requiere de un factor desencadenante para su manifestación.

El enfoque psico-sociológico se centra en el estudio de los factores humanos conductuales y psicológicos que son los causantes de los conflictos, como las malas percepciones, la pobre comunicación, la frustración, los errores de cálculo, la mala relación entre actores y otros procesos inconscientes. El...

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