El sueño del conflicto propio

Por Juan Paredes Castro

En el Perú estamos pasando, en términos de rentabilidad política, del sueño del partido propio al sueño del conflicto propio. Y también al sueño de la impunidad concesionada por el Estado, de la que gozan delincuentes y agitadores.

Si antes cualquiera que alcanzara a reunir unas cien mil firmas o más podía fundar un partido y ponerse en camino al Congreso y, con un poco más de suerte, al sillón presidencial, hoy en día una escritura patrimonial política de facto puede estar esperando a la vuelta de la esquina a quien tiene la habilidad y la oportunidad de movilizar personas y recursos en torno a un conflicto social.

Al igual que los yacimientos de minerales, los conflictos sociales pertenecen en esta villa del Señor a quien los descubre y denuncia.

A diferencia de los primeros, los segundos pueden ponerse al margen del Estado y de la ley, como el que rodea a Conga. No es el peritaje técnico internacional el que determina la viabilidad del proyecto minero en cuestión ni el Estado en su calidad de dueño del subsuelo y de la capacidad de concesionario, sino la voluntad política del propietario del conflicto social presente, en este caso Gregorio Santos, al alimón presidente de la región Cajamarca.

El Estado contra el Estado. El elegido por Cajamarca contra Cajamarca. En este absurdo se reconocen los derechos humanos de quienes están en la protesta y detrás de la protesta. No se reconocen los derechos humanos de quienes no están de acuerdo con la protesta y de quienes creen su responsabilidad el combatir sus excesos, como la violencia en las calles y el forzado cierre de servicios.

El dueño de un conflicto social como Santos puede...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR