La comunidad campesina de Catacaos y su lucha por la tierra
| Autor | Pedro Castillo Castañeda |
| Cargo | Responsable del Programa de acceso a recursos naturales, del Cepes |
| Páginas | 20-22 |
20 LA REVISTA AGRARIA / 199
Un grupo bastante vulnerable de
comunidades son las que se ubican en
la región de la costa2. Desprotegidas
por una legislación que facilita la dis-
posición de sus tierras, muchas veces
han terminado sometidas a la presión
de empresas agrarias de gran escala
Un ejemplo claro de ello es la si-
tuación que vive en la actualidad la
comunidad campesina de San Juan
de Catacaos3, situada a escasos kiló-
metros de la ciudad de Piura. Grupos
económicos han logrado adquirir par-
te de sus tierras, aprovechando que
se los permite la normativa vigente
—no obstante, se ha conseguido, aun
cuando de manera parcial, frenar una
nueva legalización de pérdida de su
territorio, gracias a un grupo mayo-
ritario de sus comuneros organizados
y al concurso de una serie de institu-
ciones de la sociedad civil.
serie de falencias del Estado peruano
en relación con colectivos que tienen
presencia inmemorial en el norte del
país. Primero, que sigue vigente y
aplicándose una norma como la Ley
de titulación de las tierras de las co-
munidades campesinas de la costa, de
1997, que desde que fuera aprobada
fue denunciada como una ley incons-
titucional; segundo, que a pesar de
gozar de reconocimiento e inscripción
como comunidad indígena desde 1940,
Catacaos, curiosamente, no ha sido
incorporada en la Base de Datos de
Pueblos Indígenas del Ministerio de
-
so ampararse en los derechos colectivos
previstos en el Convenio 169 de la OIT
y otras normas de orden internacional;
y tercero, en lo que respecta a la segu-
ridad jurídica de sus tierras, Catacaos
no tiene un único título de propiedad
de todo su territorio y, peor aún, los
que tiene no están georreferenciados.
Las comunidades campesinas
de la costa
Estas comunidades son dueñas de
grandes extensiones de tierras eria-
zas4 que, por tratarse de suelos planos
y ubicados cerca de las ciudades y
de los puertos y aeropuertos, son
codiciadas por proyectos agrícolas e
intereses urbanizadores. Por lo mis-
mo, fueron merecedoras, en 1997, de
su titulación: la Ley 26845, de titula-
ción de las tierras de las comunidades
campesinas de la costa.
La comunidad campesina de
Catacaos y su lucha por la tierra
Pedro Castillo Castañeda1
Desde el desmontaje de la reforma agraria ejecutada por el general Juan Velasco (1968-
1975), hemos sido testigos del empleo de una serie de prácticas «legales» para escamotear el
cumplimiento de mandatos constitucionales relacionados con la tierra. Han sido varios los
torpedos normativos diseñados para promover la inversión en todo el territorio nacional, que
han afectado principalmente a las comunidades campesinas y nativas, y, en general, a los
agricultores familiares.
Foto Cepes
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