Combates contra el destino (y uno mismo)

Por josé tsangel peor contrincante de un boxeador puede ser algo intangible: sus propios demonios internos que lo llevan al desastre. El cine es adicto a esta tradición pugilística de estropearlo todo y la película ?Manos de piedra? no es ajena a ella. Tras batir a un símbolo estadounidense como Sugar Ray Leonard en 1980 y alcanzar el título mundial en peso welter, Roberto Durán caería en varias trampas: orgías, despilfarro frenético de dinero, actitudes iracundas que fueron un infierno para su mujer y un ego agigantado que lo nubló y condujo hacia el infantilismo. "Manos de piedra" repasa este abismo, así como su talento para soltar puñetazos, sobrevivir en las calles panameñas en medio de la ocupación militar estadounidense y labrarse una carrera para ingresar al olimpo del box. Un drama de auges, caídas y nuevos comienzos mostrado con un estilo no necesariamente crudo ?dirige el venezolano Jonathan Jakubowicz?, como para no herir sensibilidades y acceder con amabilidad a un público masivo. Hoy Durán tiene 65 años, acaso con sus demonios personales domesticados. Él no reniega del pasado. En una actividad de promoción de "Manos de piedra" en México, un periodista le preguntó si era verdad que se gastó US$100 mil en celebraciones durante una semana. El ídolo díscolo se partió de la risa y negó esa versión con la siguiente respuesta: "¡Me los gasté en tres días!". ?Guantes nacionales?¿Los pugilistas peruanos cuentan con insumos dramáticos suficientes para inspirar una película? Repasemos. Un desprendimiento de la retina del ojo izquierdo interrumpió el camino de Mauro Mina para tentar una pelea...

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