Claves para lograr un sector público más eficiente

CLAVES PARA LOGRAR UN SECTOR PÚBLICO MÁS EFICIENTE

La pandemia viene mostrando con particular crudeza las limitaciones y enormes ineficiencias de nuestro aparato estatal. Esto solo hace evidente la necesidad de incluir de manera prioritaria este punto en la agenda de los próximos años. Y es que un Estado eficiente es justamente lo que necesitamos para que, a través de la provisión y salud, podamos brindar verdaderas oportunidades a los más vulnerables y aumentar de manera efectiva la competitividad futura de nuestro país.

Al respecto, hace unos días, el Consejo Privado de Competitividad (CPC) lanzó el Informe de Competitividad 2021, una especie de mapa para guiar nuestros siguientes pasos en la búsqueda de un Perú más competitivo (que, en el fondo, no es otra cosa que un país con más oportunidades y bienestar).

En dicho informe se prioriza nueve aspectos claves. Uno de ellos es precisamente la eficiencia del sector público. Acá algunos puntos fundamentales sobre esta reforma pendiente, a partir de la información de dicho informe.

Lo primero, ¿qué tan grande es el desafío?

De acuerdo con el Índice de Efectividad del Gobierno, desarrollado por el Banco Mundial, el Perú se ubica en el puesto 106 de 209 países; mientras que sus aliados comerciales de la Alianza del Pacífico, Chile y Colombia, se ubican en los puestos 39 y 93, respectivamente. Aún más, si revisamos nuestro desempeño entre el 2007 y el 2020 en el ránking del indicador de servicios públicos de calidad, comprobaremos que, a diferencia de muchos países de la región, no hemos avanzado en estos últimos 13 años. Esto, por supuesto, se traduce en una satisfacción de la población con respecto a la provisión de servicios públicos por debajo de la mediana de América Latina, según el Barómetro de las Américas.

Ahora bien, ¿qué apectos debemos priorizar para mejorar? El informe centra su atención acertadamente en tres determinantes: los recursos humanos, los arreglos institucionales y las medidas de control para reducir la corrupción. Permítanme en esta oportunidad enfocarme en lo que creo que es el corazón del aparato estatal: los servidores o funcionarios públicos. Quizás no lo saben, pero los servidores públicos representan el 9,7% de la población económicamente activa ocupada y son contratados bajo diferentes regímenes laborales que no impulsan la meritocracia. Además, no...

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