Un ciudadano más

Por AlbertoGoachetLea mañana en Economía aInés TempleEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Si tuviera que escoger una de las enseñanzas que más me marcó en mis años de universidad sería la de uno de mis profesores del cual no recuerdo el nombre: ?Las marcas deben comportarse como personas si quieren tener una relación con la gente más allá de lo transaccional. Y al igual que las personas, pueden generar respeto, afecto, confianza, y a veces hasta molestia. Deben dar gracias por lo que reciben [preferencia] y también pedir perdón por lo que hacen [errores de servicio o producto]?. Recordando esta enseñanza hoy, creo que esta forma de mirar a las marcas es más pertinente en el entorno actual que cuando la escuché por primera vez.Los consumidores ya no premian a una marca con fidelidad y amor solo por una ecuación calidad-precio. Le exigen mucho más a cambio de su preferencia. Valoran y admiran a aquellas que se comportan como un ciudadano más, con opinión, con valores, con ideales, con acciones tangibles que contribuyan a la sociedad, que contribuyan con su entorno. Yo te doy mi preferencia, ¿tú qué más haces por mí, por nosotros, además de ?hacer dinero??Ya sé, me dirás que por eso es que muchas empresas tienen un área de responsabilidad social, pero eso no es lo mismo que compromiso social. Me refiero a cómo va más allá del cheque en la Teletón o la pintada de un par de colegios. Muéstrame de manera contundente a qué te comprometes como marca, como compañía.Cuando la Corte Suprema de EE.UU. aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo, una de las primeras marcas que se atrevió a aplaudir fue Starbucks, algo que le generó muchas...

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