La ciudadanía es importante, pero la clave es la facilidad de adaptación

No es que sean perversos o malos por naturaleza.

¡Es saber que son extranjeros lo que les irrita tanto!

?Un canto de prejuicio patriótico?.

Flanders y Swann, compositores ingleses cuyas cancioncillas de la década de 1960 aludían ligeramente a los nacionalistas y los estereotipos nacionales, hubieran tenido algo que celebrar la semana pasada. Se agregó al canadiense Mark Carney a la lista de candidatos que postula para nuevo gobernador del Banco de Inglaterra, lo que ha suscitado esta invalorable y seria observación de uno de los partidarios de este funcionario del Banco Central: ?Como ciudadano canadiense, él es un súbdito de la reina, y eso es lo que importa?.

¿Pero, lo es? Mi reacción inicial fue: definitivamente no. Si el señor Carney es la persona mejor indicada para dirigir el Banco Central Británico, su nacionalidad (y más aún su lealtad) es irrelevante, excepto para la clase de reaccionarios ultranacionalistas que hacen comentarios críticos y cuyos prejuicios satíricos intentaban hacer mella hace medio siglo.

Pero la nacionalidad todavía representa un poder para la adaptabilidad cultural, y no solamente para aquellos pocos puestos que la exigen como un requisito estricto para postular a un trabajo. El lugar de nacimiento puede influir en la forma de entender y dirigir el modo muy arraigado de hacer negocios en otro país. El problema surge cuando la nacionalidad y los estereotipos nacionales son el principal instrumento para comprobar la idoneidad.

Un estudio realizado en Estados Unidos en el 2005, encontró que semejantes estereotipos eran con frecuencia transmitidos a través de los medios de comunicación, los rumores, la educación, la historia y las bromas. Pero lo peor es que no describían con exactitud a las personas. Se dice que los estadounidenses son autoritarios y los canadienses, sumisos. En realidad, señalaba el estudio, ambos son igualmente autoritarios. Un gerente general británico que ha dirigido una compañía asiática, me dijo que cuando las personas del lugar tratan de criticar a los extranjeros, con frecuencia culpan a los errores de la gerencia, con una característica nacional. Su manera determinada de negociar con los sindicatos ?a diferencia de la práctica local? era atribuida a la agresividad británica, más que a su experiencia en relaciones laborales.

En algunos casos, una persona de diferente nacionalidad puede remecer una cultura ya establecida. Sin embargo, algunas veces las diferencias tienen que concertar. Por...

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