La ciudad perdida en la arena

Por czar gutiérrez

El dron vuela a 18 kilómetros al oeste de la ciudad de Nasca y a 40 del mar de Grau. A 360 m.s.n.m., sobre la desértica rugosidad de la costa ?chala?, se dibuja una nítida sucesión de terrazas, habitaciones, corredores y canaletas que conectan con otra red de paredes y construcciones algo más complejas. Todas dedicadas al culto al agua y a la fertilidad. ?Recuerdo la primera tarde que caminé hasta la cumbre de la Gran Pirámide y lo que sentí fue algo que difícilmente se repetirá en mi existencia. Una emoción muy grande y violenta, una atracción completa hacia la cultura Nasca y a este lugar pulsante de vida asentado bajo metros de arena aluvial. Inmediatamente establecí una relación de amor profundo por este lugar?, dice el italiano Giuseppe Orefici.Arqueólogo, arquitecto, barba blanca y 72 años edad, la mitad de ellos exclusivamente dedicados a contemplar amaneceres y atardeceres desde estas ruinas edificadas hace 2.368 años. En realidad, había llegado al Perú en 1977 atraído por las excavaciones de Julio C. Tello en las necrópolis de la zona: los restos materiales de las tumbas y sus primorosos ajuares funerarios. Fue luego de conocer a María Reiche, guardiana de las pampas, cuando decidió estudiar ?in situ? los petroglifos de Nasca y Palpa. Acicateado por los informes de William Duncan Strong sobre un gran centro de peregrinación en la zona, en 1982 empezó a excavar el valle del río Ingenio, de cara a un proyecto mucho más complejo que apuntaba directamente al corazón místico de los nascas: Cahuachi.?Zona sagrada?En efecto, este fue durante casi un milenio el lugar hasta donde llegaban peregrinos de diferentes culturas con sus ofrendas y sacrificios. Floreciendo entre el 350 a.C. y el 450 d.C., la influencia religiosa de Cahuachi gravitó durante 800 años desde Cañete hasta Acarí, Ayacucho y Huánuco. Por su manejo arquitectónico planificado, tratamiento funerario socialmente diferenciado, circulación de bienes suntuosos y comunicación simbólica institucionalizada mediante códigos icónicos, ¿podemos hablar de una gran civilización? ?A diferencia de otras culturas del período Intermedio Temprano, los nascas entendieron las características cosmocéntricas de la existencia humana. No desarrollaron un sistema antropocéntrico de supremacía celestial, pero sus divinidades provenían de la madre tierra. El concepto cosmocéntrico acompañó el desarrollo del pensamiento nasca durante toda su evolución cultural. Por eso diferenciaban...

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