Contra la ciudad

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogoContra lo que se podría esperar de una ciudad como Lima, en entusiasta crecimiento económico y urbano, y con vastos sectores en franco proceso de modernización, la mayoría de sus habitantes no está de acuerdo con la unión civil entre homosexuales. Una reciente encuesta de Ipsos Perú en la capital establece que solo un 30% de los limeños está a favor de la legalización de este vínculo, mientras que el 63% se manifiesta en contra. Asimismo, el 76% de los encuestados no votaría por un candidato que apoye el matrimonio civil entre personas del mismo sexo; solo un 20% lo respaldaría.A la luz de estas discusiones y sondeos, está claro que los resultados de la encuesta no solo revelan un sentimiento colectivo coyuntural entre los limeños, sino más bien un sistema de pensamientos históricamente enraizado y muy difícil de cuestionar.En el centro de este sistema de creencias está la idea de que la homosexualidad es una opción que amenaza la perpetuación de la especie humana. Se argumenta que la procreación es una gracia biológica dada únicamente a la unión de hombre y mujer. Ergo, que el intercambio sexual entre ellos constituye ?lo natural?. Otros tipos de intercambio vendrían a ser ?desviaciones? a dicho orden evolutivo.Por ello, en el consenso popular la homosexualidad constituye un trastorno psicológico, cuando no un defecto genético, ya que sus conductas y deseos no se encuentran dentro de los actos ?naturales?.Lamentablemente, este sistema de pensamiento ha dado lugar también a un marco social valorativo pernicioso ante el cual aquellos que se afirman en una identidad homosexual son víctimas de marginación, escarnio e incluso...

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