El circulo vicioso de Europa: la locura de salvar al euro

Por Tony Barber. Editor de Europa

Según un viejo chiste irlandés, un viajero extraviado se aproxima hacia un hombre que está apoyado contra unas gradas, fumando su pipa. ?¿Podría decirme cuál es el camino que lleva a Tipperary??, preguntó el viajero. El hombre medita la pregunta, se quita la pipa de la boca y responde: ?Bueno, yo no partiría desde este punto.?

Cabe decir lo mismo con respecto a la crisis de la Eurozona. Mientras haya una pausa en los dramáticos sucesos que se han presentado debido a las sagradas vacaciones de verano en Europa, se está dando un consenso sobre la manera cómo se debería llegar a un final feliz. Es alentador saber que los elementos de esta escenificación recibieron una debida atención en la Cumbre de la Unión Europea (UE) que tuvo lugar el 29 de junio en Bruselas. Ocurrió un gran milagro, una o dos de las mejores ideas ?tal como la recapitalización directa de bancos en problemas por los fondos de rescate de la UE? lograron encontrar un lugar en la bandeja de entrada de ?medidas necesarias? de la Eurozona.

Pero para alcanzar dicho objetivo, la situación está más complicada que nunca. El tiempo tampoco está necesariamente a favor de los europeos. Esto se explica en parte debido a la economía nacional y las finanzas internacionales. Pero el trasfondo de todo, es lo que yo considero como la ?renacionalización? de la política desde que estallara la crisis en el 2009. Solo basta examinar la manera en que las luchas políticas internas se están manifestando en las 17 naciones de la Eurozona para comprender cuán difícil será para ellos actuar todos en armonía con el fin de proteger el euro.

Lo primero es lo primero. Si los encargados de formular políticas en Europa propusieran una solución, ¿cómo se vería el producto final? No sería una unión política y fiscal al estilo estadounidense. En cambio, implicaría una unión bancaria: una superintendencia de bancos común, unas normas comunes para la recapitalización o el cierre de los bancos y un seguro común para la protección de los depósitos bancarios.

Esto supondría el otorgamiento de más poderes al Banco Central Europeo (BCE) y la creación de un Tesoro para toda la Eurozona que no estén equipados con poderes para controlar todo tipo de tributos y el gasto nacional, sino con una autoridad suficiente para hacer que los malhechores cumplan con la ley. Podría implicar una mutualización limitada de las deudas públicas nacionales ?quizá sean las deudas que están por encima del...

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