La cima del cerro

Las malas noticias inflacionarias no cesan. En el mundo avanzado, la tasa anualizada supera el 9%, la más alta desde los años 80. Y esto perjudica la economía y los mercados financieros. Los bancos centrales están subiendo tasas de interés y poniendo fin a sus compras de bonos. En muchos lugares, la confianza del consumidor está más baja que al principio de la pandemia. Indicadores “en tiempo real”, desde bienes raíces hasta manufactura señalan que el crecimiento se está ralentizando.

Por tanto, cómo será el comportamiento futuro de los precios al consumidor es una de las preguntas más importantes para la economía global. Muchas proyecciones esperan que la inflación anualizada menguará pronto, en parte debido al efecto estadístico en las cotizaciones de commodities. Por ejemplo, la Reserva Federal (Fed) espera que la tasa anual en Estados Unidos caiga de 5.2% a fines de este año a 2.6% para fines del próximo.

Pero la mayoría de economistas no vio venir el brote inflacionario y luego predijo erróneamente que desaparecería rápido. Algunos indicadores apuntan a más presión sobre los precios en el corto plazo. La consultora Alternative Macro Signals utiliza un modelo para analizar millones de artículos noticiosos en varios idiomas para construir un “índice de noticias sobre presión inflacionaria”.

Los resultados, que son más actualizados que las cifras oficiales de inflación, no solo miden cuán frecuentemente se mencionan presiones sobre los precios, sino si el flujo de noticias indica que están aumentando. Tanto en Estados Unidos como en la eurozona, el índice sigue por encima de 50, lo que significa que las presiones continúan acumulándose.

Los angustiados por la inflación pueden apuntar a tres otros indicadores que señalan que es poco probable que el mundo avanzado retorne, en un futuro próximo, a la normalidad prepandemia de bajo y estable aumento de precios: el incremento de salarios y de las expectativas inflacionarias tanto de consumidores como de empresas.

De mantenerse esas tendencias, podrían contribuir a lo que el Banco de Pagos Internacionales, que es el banco central de los bancos centrales, describió en un informe publicado el 26 de junio como “punto de inflexión”. Además, advirtió que podría propagarse una “sicología inflacionaria” y “atrincherarse”.

Los trabajadores están comenzando a negociar aumentos salariales, lo que podría crear otra ronda de alzas de precios ya que las empresas trasladarán a ellos esos costos adicionales...

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