Cien días de cautela presidencial

Por Juan Aurelio Arévalo

Pese al manejo prudente de la economía y los esfuerzos por mejorar la inclusión social, en estos tres meses de gobierno Ollanta Humala mantuvo mensajes ambiguos, remeció instituciones tutelares y defendió a toda costa a sus allegados.

Saludó el rol fiscalizador de la prensa, pero puso en duda que los medios dejaran expresarse libremente al pueblo. Aplaudió la inversión extranjera, pero planteó un Estado que enfrente las multinacionales. Tanto en las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional como en la cancillería inició una purga que zamaqueó al personal de mayor trayectoria. No hizo caso a las denuncias sobre nombramientos cuestionables (Adrián Villafuerte, Ricardo Soberón, Eduardo Roy Gates, entre otros). Solo cambió a Luis Pereyra del Indeci y lo hizo por un impedimento legal.

Nadie toca a su gente de confianza y nadie le marca la agenda. Pero esta regla parece no aplicarse en el caso de Omar Chehade, pues el mandatario ha respaldado públicamente la investigación que se le sigue por un presunto tráfico de influencias en el Ministerio Público y en el Congreso. Si bien Humala logró sobreponerse a los nombramientos cuestionables, protegiéndolos implícitamente, no ha logrado superar el escándalo de su segundo vicepresidente porque debilita la propia credibilidad de su mensaje anticorrupción, que fue el lema central de su campaña electoral.

PUNTOS FUERTESEl constitucionalista y ex senador Enrique Bernales sostiene que las denuncias contra varios legisladores oficialistas (5 de los 14 congresistas investigados por el Ministerio Público son de Gana Perú, mientras que otros cinco son de Fuerza 2011) también deberían preocupar al presidente.

Sin embargo, el balance general de estos 100 días es positivo y esto se refleja en su alto nivel de aprobación, según todas las encuestas. ?Hay un buen nivel de entendimiento tanto con el sector empresarial como con el de los trabajadores. El número de conflictos sociales ha bajado y medidas como la ley de consulta previa, el impuesto a las sobreganancias mineras y la creación del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social han sido acertadas?, dice Bernales.

Por otro lado, el analista destaca que el estilo del gobierno ha logrado calar entre gente de distintos sectores sociales. ?Ven discreción, mesura. Humala evita la sobreexposición y deja al presidente del Consejo de Ministros como el vocero del Ejecutivo. Eso generó al principio alguna sorpresa y hasta malestar, pero ha sido lo...

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