El 'cholismo' torció la historia

Por Jorge Barraza. PeriodistaNo importa cuántos cientos de millones invierta ni cuán galáctico sea, se siente incómodo el Real Madrid frente a este Atlético. Se lo nota nervioso, alterado, impotente, confundido. Durante dos décadas, mínimo, el club de Di Stéfano y Bernabéu aprovechó como nadie la debacle institucional ?colchonera?. Y, más que de hijo, lo adoptó de nieto a su rival ciudadano. Le daba la sopa y le contaba cuentitos. Lo vencía incluso jugando con los suplentes de los suplentes. Hasta que cayó Simeone en el banco rojiblanco y cambió la historia; desde entonces hay otro Atlético: le plantea guerra, se le para tieso, le embarulla los partidos y, a veces (varias), como el viernes, se los gana.Ha logrado Simeone darle ese tono de peleador callejero al cuadro, de rebelde y transgresor, de carasucia que se trenza en el callejón o en la avenida elegante. Todos meten y también juegan cuando tienen la ocasión. Sujetos como Gabi, Juanfrán, Godín, Raúl García no entienden de márketing ni de medios, tampoco les importa, van con todo a cada pelota, sin importar cómo se llame el de enfrente. Con esa fórmula de arrabal duro, el ?Cholo? ha logrado emparejar la abismal diferencia de presupuesto que media entre la plantilla de uno y otro. Y vo lvió a amargarlo el Atlético al Madrid, aunque solo sea por la Supercopa de España. Pero en los clásicos no hay partidos en broma, el ardor expuesto por ambos lo demuestra. Son dos machos alfa, ninguno quiere empezar la temporada perdiendo.El club del rey Felipe salió a comérselo vivo al Madrid. Y se lo devoró nomás. A los dos minutos le había llegado a fondo tres veces, y en una hizo red Mandzukic (el ojo rojiblanco para captar goleadores entra ya en el terreno de lo extraordinario). Doble falla de aire de Varane y Sergio Ramos, le quedó servida al croata y la puso en el rincón más doloroso, el que forman pasto y poste.El Madrid logró salir del asedio y también de la asfixia del medio juego. Y comenzó a llegar. El gestor de sus momentos más lúcidos fue James Rodríguez, mostrando que la camiseta no le pesa nada. Se hizo patrón del circuito de armado de juego y protagonizó cuatro maniobras excelentes: 1) pared con Carvajal y remate a la red que salvó Moyá; 2) anticipo y cabezazo que pareció gol y se fue cerca de un palo; 3) preciso y profundo pase a Bale, que disparó y casi fue el empate; 4) zurdazo cruzado que salió besando el madero derecho del arquero.James halló su posición más cómoda, jugando libre...

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