Cho cho cho fer pare el mototaxi

Por Gonzalo Torres del Pino-Publicista, actor y conductor de TV -Así, parafraseando la famosa canción veraniega, con sus parlantes a todo volumen iba el mototaxi alegremente buscando clientes por toda la avenida Huaylas en Chorrillos mientras que detrás de él un carril entero se atascaba al ritmo de sus veleidades al parar y continuar la marcha. Un zancudo a tres llantas que no hacía más que zigzaguear peligrosamente por entre autos y camiones no es más que eso: un díptero de fierro que con un matamoscazo de cualquier auto termina despanzurrado por la pista. Amén de las incontables molestias que produce en un entorno por el que no debe circular, el mototaxi es un símbolo más de nuestra desgraciada fauna y comportamiento vehicular de todos los días.Desde que en el gobierno de Alberto Fujimori se dejara a las municipalidades distritales carta libre para regularizar el transporte de vehículos menores (llámese motos y mototaxis) por sus linderos, la visibilidad de estos aparatos se ha hecho más patente tanto por el aumento en su número, como por la ampliación de su área de influencia (¿O será la laxitud de los controles?) No es extraño ver mototaxis bajando a la Costa Verde, sobre todo en verano y a pesar de la prohibición. Los he visto en la Javier Prado y en Paseo de La República y es que a pesar de esta prohibición, el hecho de ir ocupando espacios dice más de la ineficacia del control que del rompimiento de la ley.Las mototaxis existen porque hay una demanda y cumplen un papel. Funcionan muy bien en zonas donde no llega el servicio de camionetas rurales y en trochas y pendientes. Para eso sirvieron originalmente y ese fue su campo de acción, el...

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