Educación certificada

Por Luis Davelouis Lengua. PeriodistaLlorar sobre la leche derramada es inútil y contraproducente en potencia. Perderle el miedo a equivocarse es una condición indispensable para crear, innovar, crecer y desarrollarse y por eso lamentarse no ayuda. ¿Salimos últimos en la prueba PISA de la OCDE? No es que no supiéramos que el nivel educativo peruano es uno de los más bajos de la región, es que no nos gustan las comprobaciones pero, bueno, ya está. ¿Y ahora?Todo puede seguir como ha venido siendo. O no. El Sutep ha jugado un rol nefasto al impedir la reforma integral del sistema educativo y el Estado ha carecido de la fortaleza que cabría esperar de una administración popular decidida a enfrentar el problema y que además empieza con los bolsillos llenos (Alan García primero, Ollanta Humala después). En el medio, han aparecido cientos de instituciones educativas privadas que ofrecen ?sin ninguna garantía? lo que las públicas dejaron de poder ofrecer: verdaderas oportunidades de movilidad social, de bienestar.Si para algo ha servido PISA es para poner sobre el tapete la urgencia de tomar medidas que hasta hace algunas semanas solo se discutían tibiamente por corrección política. El sector educativo privado piensa (con alguna razón) que las reformas, tal y como parece que serán planteadas en términos de certificaciones y calidad mínimas, le abrirán la puerta a un intervencionismo estatal irrestricto. El Sutep, por otro lado, aunque reconoce a regañadientes su responsabilidad en la pésima calidad de la educación, siempre termina culpando al abandono...

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