Castillonomics

Por Carlos Ganoza DuranTEconomista y cofundador de Quantum Talent

Lo más distintivo de la campaña de Pedro Castillo no es su ubicación en el espectro ideológico, sino su populismo. Esto es fundamental para comprender cómo podría ser un gobierno suyo.El populismo, según una de sus definiciones modernas más completas (Mudde y Rovira, 2017), es una forma de entender la sociedad como una división entre el pueblo noble y la élite corrupta, que propone que la política sea una expresión de la voluntad del pueblo (representada por el político populista).Bajo esa definición, la retórica de Castillo es profundamente populista. Eslóganes como ?no más pobres en un país rico? aluden al antagonismo entre el pueblo y la élite económica. Sus críticas a los medios y a instituciones como el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo son parte del mismo discurso antiestablishment, que busca ubicar a la élite corrupta en una posición contraria al interés popular.El programa de Castillo también encaja con la definición canónica del populismo económico (Dornbusch y Edwards, 1990): un énfasis en la redistribución sin considerar los riesgos financieros, inflacionarios, restricciones externas, y las reacciones de los agentes económicos a intervenciones agresivas en el mercado.Su plan de gobierno cita repetidamente las experiencias de los neopopulistas Rafael Correa y Evo Morales.Si nos basamos en el contenido del plan, en sus declaraciones y en lo que se puede aprender de las experiencias de Correa y Morales, la política económica de Castillo tendría tres elementos centrales.El primero es un aumento rápido en el gasto público, concentrado en salud y educación. Su propuesta de aumentos salariales en esos dos rubros podría representar un aumento del gasto de cerca de 4% del PBI. En base a las experiencias de Ecuador y Bolivia, es posible también una expansión de programas sociales.Lo segundo es alguna forma de nacionalización o uso de política tributaria para capturar la mayor parte de las rentas de minería e hidrocarburos. Castillo ha insistido con la propuesta de gravar la utilidad en este sector con una tasa de 70%. Ecuador y Bolivia implementaron políticas de nacionalización agresivas. Sin medidas de este tipo, la expansión vertiginosa del gasto público es inviable. Algo que diferencia el neopopulismo de Correa y Morales del populismo clásico de los 70 y 80 es que la expansión fiscal no es financiada con mecanismos inflacionarios. Sin embargo, Castillo...

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