En la casa del Movadef.

AutorDiez, Jonathan
CargoOTROS SENDEROS

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

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En la cuadra 37 de la avenida Perú, en el distrito de San Martín de Porres, se encuentra la sede del Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef). Según sus miembros, el movimiento reúne en todo el Perú a más o menos cuatro mil personas. El edificio en el que se encuentra la oficina fue alguna vez rojo. Hoy la pintura se cae a pedazos y parece abandonado. Al tocar el timbre, baja un hombre con una camiseta de la selección nacional de fútbol. Con el dedo índice muestra la escalera, al fondo de un pasillo oscuro, y dice: "Ahí es Movadef".

Por dentro el edificio es oscuro, las paredes de ladrillo están heladas y huele a humedad. En el segundo piso, detrás de una puerta de vidrio, aparece una chica morena, joven, que sonríe e indica el camino. En el pequeño departamento de dos piezas hay una decena de personas. Todos son jóvenes. Algunos están sentados con sus computadoras portátiles, otros escriben un texto en una computadora de escritorio. Tres de estos jóvenes, dos hombres y una mujer, luego del saludo respectivo, se han sentado en una mesa larga y otro hombre, acomodando su videocámara en un trípode, les pide que se pongan en su lugar para empezar la grabación. Detrás de la mesa, la pared está forrada con una gigantografía amarilla en la que se observa un dibujo de un sol rojo surgiendo detrás de las montañas. El dibujo, acompañado de las siglas Movadef, se repite en toda la tela.

Fahír Quezada Trujillo, joven obrero militante, lanza la primera advertencia: "Los medios tienden a estar sesgados y pierden objetividad. Venimos de dar una entrevista de media hora a un medio y solo tomaron dos frases para su artículo, todo completamente tergiversado. Pónganos como somos: personas tan normales, comunes y corrientes como cualquier ser humano. Tomar como ideología el marxismo-maoísmo-leninismo-pensamiento Gonzalo no nos cierra los oídos ni la mente: escuchamos música, leemos literatura, apreciamos el arte. Solo creemos que la ideología es lo más elevado".

Parecen jóvenes normales: hacen las tareas para la universidad, chatean en el Facebook y leen la prensa. Gran diferencia entre esta nueva generación y aquella que militó en el senderismo: no están escondidos ni parecen llevar una vida marginal; al contrario, defienden su derecho a aparecer en los medios mientras ponen énfasis en que la suya es una vida como la de cualquiera.

Fahír cuenta: "Nuestra guía es el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo. Es ver el mundo desde una posición materialista y dialéctica a partir de nuestras vivencias personales. Yo soy de la parte norte sierra de La Libertad. He visto al campesino trabajar años y años en su tierra, morir en ella y no salir nunca. Pienso que a eso no se debe reducir el mundo. La vida no es comer, dormir y evacuar. Es algo más".

Fahír habla con seguridad. Está...

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