El carnaval de las protestas

Por PeriodistaEl último Carnaval de Río de Janeiro pasará a la historia como el más politizado de las últimas décadas. Para quien ha cubierto cinco veces en condición de periodista y dos de participante ?incluyendo el finalizado este Miércoles de Ceniza? puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que no se había visto tantas protestas ni muestras de indignación desde fines de 1980, durante las postrimerías de la dictadura militar. Es el reflejo de la grave crisis política, social y económica que atraviesa el país, derivada del estallido del Caso Lava Jato. Desde el presidente Michel Temer, pasando por los dirigentes de la mayoría de los partidos políticos de derecha e izquierda, altos funcionarios de las administraciones municipales, regionales y federales hasta los grandes empresarios no pudieron escapar de las burlas, críticas, ironías registradas en las festividades. Las expresiones populares de malestar carnavalescas son un termómetro del combustionado clima de asco y hartazgo que existe en la ciudadanía, sobre todo contra aquellos ciegos que no vieron o no quisieron ver cómo su país era saqueado. Les entregaron su confianza y ahora les reclaman la traición.Cuando el 17 de marzo del 2014 la policía detectó que una estación de gasolina realizaba sospechosas operaciones de compra y venta de dólares a menos de dos kilómetros de la sede del Congreso en Brasilia, ni siquiera el más agudo analista podía avizorar que dicho hallazgo se convertiría en el hilo de la madeja que desencadenaría el mayor escándalo de corrupción en la historia de América Latina e incluiría al Perú, entre otros países. Hoy la estación se ha tornado en una atracción turística y Lava Jato en una maraña con tantas ramificaciones que es difícil saber si estamos llegando al final del ovillo o aún restan más hebras que desenredar. Si tomáramos apenas el caso de los políticos brasileños, las cifras acumuladas son impresionantes y escalofriantes a la vez porque reflejan la magnitud de la trama. De los 35 partidos existentes, por lo menos 28 de todas las tendencias fueron sindicados. Cuatro ex presidentes de la República, 178 diputados, 37 senadores, nueve ministros y 19 gobernadores han sido o vienen siendo investigados. Muchos de ellos condenados y que forman parte de la enorme población de las atiborradas cárceles brasileñas, donde también están funcionarios de segundo, tercero y cuarto nivel y numerosos empresarios que integraban este intrincado sistema ilegal.La prensa...

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