La carga de una vida

Por Julio Escalante Rojas

En tiempos en que hay gente que navega por Internet desde su teléfono móvil, que puentes y edificios se levantan con maquinaria moderna, que las fábricas se automatizan y que se siente que con la tecnología se ahorran tiempo y esfuerzo, hay trabajos que no han cambiado. En el Mercado Mayorista N°1 de La Victoria, conocido como La Parada, el cuerpo de cientos de hombres sigue siendo una herramienta para transportar sobre los hombros alimentos como la papa, que al final de la cadena productiva llegarán a tu mesa en forma de puré o fritura.

Santos Chuquitucto trabaja en este mercado hace 21 años y desde el 2009 es el secretario general del sindicato de estibadores de tubérculos, que reúne a 220 personas. Todavía era un muchacho cuando dejó Cajamarca para venir a Lima y dedicarse a múltiples oficios: solo buscaba un trabajo que le asegurase que al día siguiente iba a tener un plato de comida. Tenía un hermano mayor que ya era estibador en La Parada y que le contó que era un trabajo muy duro, pero que quizá podía convenirle porque trabajaría de noche y tendría la mañana para estudiar. Eso nunca pasó. ?Lo único que quieres hacer cuando acaba la faena es ver tu cama, y cuando te quieres levantar sientes que no puedes, que te duele todo. ¿Qué momento me quedaba para hacer otras cosas??. Pasaron los días, los años, y su cuerpo fue aceptando el deber de llevar sobre la espalda un saco que a veces puede duplicar su peso de músculos y huesos.

También aceptó futuras desviaciones en la columna, lesiones en las vértebras, hernias, daño en los meniscos. El cuerpo de un estibador envejece más rápido y por eso muchos que llegan a los 50 años ya tienen que dedicarse a otra cosa. Como nadie puede pagar un seguro de salud, el sindicato tiene un fondo de tres mil soles para accidentes laborales. Pero si el costo de la atención y el tratamiento costase más, el estibador deberá solucionarlo por su cuenta.

Aunque existe una ley que dicta que el peso máximo de los sacos que se cargan debería ser 50 kilos, esto nunca se ha cumplido. Los sacos de papas pesan de 80 a 150 kilos. El horario de trabajo de los estibadores comienza a las tres de la tarde con el ingreso de los primeros camiones al mercado ?cada día llegan unas 1.500 toneladas de papa que provienen de Ayacucho, Junín, Huánuco? y termina a las 4 de la mañana del día siguiente. Durante la jornada, un estibador en promedio habrá cargado 100 sacos, y habrá realizado la misma cantidad de...

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