Caos versus control

Por Historia de contraloresLa corrupción, la ineficiencia, la cópula entre ambas y la necesidad de controlarlas son más viejas que la herencia colonial. Es legado inca. El Tahuantinsuyo ya cobraba impuestos a sus súbditos y las cuentas debían cuadrar. Por eso, los quipucamayoc, que las llevaban, fueron objeto de crímenes y vendettas según cuentan los cronistas. Los españoles trajeron un nuevo aparato recaudador, más sofisticado que el inca; y también su propia forma de vigilancia, una junta de hacienda que llevaba las cuentas que le enviaban las cajas reales dispersas por el vasto territorio virreinal. Los visitadores, como el célebre José Antonio de Areche, además de encarnar la mano represora de la corona, contribuían al control. Pero a España le costó mucho imponer orden y control sobre conquistadores con sed de cobrar botín sin tributar a un imperio lejano. Recién en 1605 se fundó el Tribunal de Cuentas, cuyo nombre y funciones básicas subsistieron hasta el siglo XX. La burocracia acabó por imponerse con sus leyes y sus trampas, y esa herencia que nos empapela al hacer obra y al deshacer entuertos sí nos pesa hasta hoy. ?Fin de la anarquía?Si en la Colonia se llegó a un precario equilibrio fiscal, cobrando abusivamente a la población indígena para aliviar la presión sobre criollos y españoles; lo que siguió a la independencia fue una nueva anarquía. Los caudillos financiaban sus revueltas, comprando armas a socios y amigos, y desbaratando en el intento los esfuerzos de los primeros ministros de Hacienda (hoy Economía) por armar un presupuesto nacional equilibrado y explicarlo en el Congreso.San Martín convirtió el tribunal virreinal en una débil Contaduría Mayor de Cuentas y Bolívar la rebautizó Contaduría Mayor Provincial y la trasladó a Trujillo. Recién en 1840 se restablece el Tribunal de Cuentas y se consagra la obligación de informar al Congreso. Ramón Castilla auspició las primeras efectivas medidas de control a inicios del ?boom? del guano. La recaudación y las obras crecieron exponencialmente y, como cuenta Alfonso Quiroz en su monumental ?Historia de la corrupción en el Perú?, mucho se malversó al indemnizar a esclavistas y pagar deuda interna en base a dudosos documentos y testimonios de los acreedores.En medio de esos primeros episodios de gobierno en alza, el ministro de Hacienda, Manuel del Río, presentó en 1846 el primer presupuesto nacional merecedor de tal nombre. Por cierto, el mismo Del Río, en 1849, marcó el inicio de...

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