Caos vehicular

Por Pedro Pablo Kuczynski. EconomistaEl Perú enfrenta una verdadera crisis de transporte vehicular. Cada año estamos agregando casi 200 mil nuevos vehículos en el Perú, la mayoría de ellos en Lima, mientras que los vehículos viejos se siguen acumulando. En el 2000, en cambio, se vendieron en el Perú solo 12 mil vehículos nuevos y nadie previó que hoy esta cifra habría aumentado tanto, por lo que nuestras pistas no se han construido y mantenido a un ritmo suficiente para enfrentar el reto. Así, tenemos que actualmente hay desesperación de los pasajeros, que pueden demorar horas en llegar a sus trabajos o a sus centros de estudios en las grandes ciudades, especialmente en Lima, y también hay desesperación de los conductores, que se encuentran atracados, violentados por rompemuelles y huecos, y frustrados casi permanentemente. A pesar de que el Metropolitano de Lima, que comenzó a funcionar en el 2010, fue un progreso notable para el transporte público, este último es todavía totalmente inadecuado. En las últimas semanas se han publicitado las infracciones de tránsito de varios transportistas que tienen pendientes millones de soles de papeletas, pero siguen circulando impunemente, y enfrentan constantes accidentes. Por otro lado, anualmente pierden la vida cayéndose a los abismos andinos aproximadamente unos mil pasajeros de buses y camiones. Como la mayoría son en zonas remotas, estas muertes reciben poca publicidad y menos preocupación: imagínense si fueran aviones los que se cayeran a los abismos ?entonces sí habría publicidad?.La inseguridad en nuestras pistas y carreteras es tal, que el año pasado en el Perú hubo, según la policía, 2.430 muertos en calles y carreteras, incluyendo los mil ya citados. Esta cifra, que ha ido en aumento cada año, es una de las más altas de América si tomamos en cuenta el tamaño de nuestra población. Como punto de comparación, en el mismo año España, que tiene seis veces más conductores y vehículos que el Perú, tuvo 1.150 muertes. No se puede subestimar la gravedad de la inseguridad que enfrentamos en nuestras pistas. ¿Cuál es la solución a todos estos problemas? Igual que con el tema de seguridad ciudadana, no hay una sola bala mágica que arregle todo. Pero sí hay un conjunto de medidas que podrían aliviar significativamente la situación. Un ejemplo importante es el caso de Japón. En 1960 Tokio sufría un caos vehicular parecido al del Perú hoy, y el Gobierno Japonés implementó una serie de normas duras. Hoy...

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