¿Caos o renacimiento global?

Por -felipe ortiz de zevallos-Fundador del grupo ApoyoHace algo más de veinte años, en el World Economic Forum de 1992, Václav Havel, presidente de la entonces Checoslovaquia, pronunció un elocuente discurso que posteriormente publicó editado como un ensayo reflexivo. Su planteamiento fue que el fin del comunismo soviético marcaba también el fin de la era moderna, etapa fundamental en la historia humana y que se extendió por los siglos XIX y XX.Para Havel, una característica determinante de la era moderna era la interpretación del universo como un reloj sofisticado y complejo, racionalmente ordenado y sujeto a leyes invariables, que el hombre descubriría gradualmente a través del método científico. Esta cosmovisión, que se remonta a la Ilustración, tuvo también expresión política en algunos sistemas, instituciones, mecanismos, e ideologías totalizadoras de diverso tipo. ?El comunismo ?afirmó Havel? constituyó solo el extremo perverso de esta tendencia. Basado en unos cuantos principios disfrazados como verdad científica única, constituyó un intento para organizar toda la vida sobre la base de un modelo simple, sujeto al planeamiento central y al control continuo, al margen de si eso era o no lo que la vida quería?. Pero Havel ya vislumbraba, por entonces, que muchos elementos políticos y económicos, así como no pocas instituciones de Occidente, estaban constreñidos también por la misma concepción mental. Por ello apostaba por una transición radical para dejar de asumir el mundo como un rompecabezas en busca de respuestas únicas y universales a los diversos problemas. Havel planteó por ello que la política posmoderna debía ser repensada de raíz.La globalización, sin duda, ha sido beneficiosa para la mayor parte del planeta. Desde 1975, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer ha aumentado en 25 años, tanto como desde la Edad de Piedra a dicha fecha. En 1990, la pobreza extrema superaba al 35% de la población mundial; hoy, afecta a menos de 10% del total. Pero también, el mundo se ha vuelto uno más cambiante, volátil, ambiguo e incierto. Todo resulta posible, pero nada puede asumirse como seguro. Basta ojear cualquier revista científica para ilusionarse con que la humanidad se halla en el umbral de un renacimiento deslumbrante, pero los titulares de las noticias cotidianas suelen ser bastante deprimentes y justificarían una inquietud de que el mundo estaría, por el contrario, despeñándose en un desorden violento e insoluble.Parecería haber...

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