¿Candidatos o gobernantes?

Por - Carlos Adrianzén Cabrera -Decano de la Facultad de Economía de la UPCLa mayoría cree que en las elecciones optamos por los mejores aspirantes. Esto es algo erróneo, pues no es lo mismo un candidato que un gobernante. El primero debe prevalecer en unos comicios, por lo que solo le importa el corto plazo. El gobernante, en cambio, liderará un país repleto de necesidades. Aquí, solo el largo plazo importará.Por ello, un candidato hábil debe repetir creíblemente lo que la gente desea escuchar. No necesariamente lo real. Debe lucir empático, honesto, campechano o intelectual, aun sin serlo. No siempre tiene que saber dónde está parado o conocer a detalle los temas que nos conciernen. Al electorado no le interesa los candidatos problemáticos, prefiere a los vendedores de ilusiones que ofrezcan créditos baratos o servicios públicos de Primer Mundo a costo módico. El que luego incumplan sus promesas (como el balón de gas a S/12) resulta un pecadillo menor. El juego se presta también para que postulantes maliciosos vociferen problemas inexistentes que alimenten una impronta romántica en los electores más ilusos. Aquí vale también hacer gala de versatilidad. Hoy todos parecen marxistas (por el comediante Groucho Marx, por supuesto). Ajustan sus propuestas a gusto del cliente. Tenemos a candidatos de izquierda que nos dicen ser de centro y a los de centro presentándose como progresistas. Después de todo, nadie se queja. En estos días los postulantes resultan hipersensibles a todo lo que los ridiculice, por lo que, frente a sus críticos, optan por etiquetarlos tajantemente. Saben que nuestro elector es crédulo y nunca va al fondo de la cuestión. Finalmente, vale...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR