Hubo cambio de gobierno pero los conflictos y escándalos no cesaron

Por Martín León Espinosa

Dos hechos marcaron la agenda política del 2011: la campaña electoral y los primeros meses del gobierno de Ollanta Humala.

Las elecciones generales se desarrollaron en la primera mitad del año. La más importante fue la presidencial, no solo por lo apretado de las encuestas de intención de voto, sino por la polarización que hubo en el electorado, sobre todo porque Ollanta Humala y Keiko Fujimori, los que más temores y malos recuerdos representaban para la población, pasaron a la segunda vuelta. Por eso para ganar la presidencia ambos enfocaron sus campañas en generar confianza o mostrarse como el mal menor. Ganó Humala, quien se adaptó a los diferentes momentos de la campaña y moderó su discurso, lo que se reflejó en sus múltiples planes de gobierno, que resaltaron el crecimiento económico, pero con inclusión social.

Tras el triunfo, Humala empezó a preparar su gobierno. Una etapa no exenta de escándalos. El más llamativo fue el viaje de Alexis Humala a Rusia, al parecer para realizar negocios, del que se enteró tras su viaje a EE.UU. y la reunión con Barack Obama. Al final, solo fue suspendido del Partido Nacionalista. El presidente electo buscó pasar la página y concentró las miradas en la conformación de su primer Gabinete, liderado por Salomón Lerner Ghitis. Así llegó al 28 de julio, día de la juramentación. El presidente saliente, Alan García, quien en los últimos meses de su gobierno inauguró obras (algunas inconclusas, como el Estadio Nacional, el tren eléctrico o controversiales como el Cristo del Pacífico), prefirió no ir al Congreso por temor a ser abucheado. En el Parlamento, el juramento de Humala generó el aireado reclamo de la fujimorista Martha Chávez, que fue suspendida de sus funciones por 120 días.

Chávez fue el primer caso de una sanción a un parlamentario en la actual legislatura. Luego vendría un vendaval de denuncias, por lo que la Comisión de Ética Parlamentaria comenzó a trabajar sin cesar (deben investigar casi 40 casos). Otros tres congresistas fueron suspendidos: los nacionalistas Celia Anicama, Amado Romero y Omar Chehade (segundo vicepresidente de la República), que provocó el mayor escándalo de los primeros meses del gobierno de Humala debido a una cena con generales de la policía, sazonado por su terquedad para reconocer su falta. Incluso generó que Nadine Heredia, esposa del mandatario y de quien se dice influye en sus decisiones, publicara en su Twitter: ?¿Tan difícil es caminar...

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