Calentando motores.
| Autor | Ball |
| Cargo | Elecciones regionales |
A diferencia de procesos electorales anteriores, las elecciones residenciales de abril del 2011 serán precedidas, en esta ocasión, por los comicios subnacionales que se realizarán en octubre del presente año. A poco más de cuatro meses de tales comicios, la actividad política --entendiendo por ella las conversaciones, las negociaciones y los cambios de camiseta-- está a la orden del día, tanto en Lima como en el interior del país. Partidos nacionales, movimientos regionales y agrupaciones locales están en los últimos preparativos para instalarse en el partidor en una carrera contra el tiempo, como siempre.
Periodistas y analistas, mientras tanto, empiezan a preguntarse y a especular sobre el eventual impacto que tendrán los resultados de octubre próximo sobre la competencia nacional a realizarse a menos de un año. Lo que es claro para todos es que
la fragmentación y la debilidad de nuestro sistema de partidos, que se evidenciará una vez más, hace muy difícil imaginar cómo se ordenarán las distintas fuerzas inmediatamente después de la votación subnacional.
LA DISPERSIÓN ELECTORAL QUE SE PROFUNDIZA
En los distintos procesos electorales del 2006 participaron 25 partidos nacionales (solo 20 compitieron por la Presidencia y 24 por el Congreso), 70 movimientos regionales, 101 agrupaciones provinciales y 291 organizaciones distritales. (1) Al escribir el presente artículo, según el portal de la ONPE, (2) estaban habilitados para los comicios que se avecinan 25 partidos nacionales (hay que añadir dos más que habían concluido el proceso de verificación de firmas y otros cuatro que se encontraban en este), se habían vendido 563 kits para movimientos regionales y 1770 para agrupaciones provinciales y distritales.
En otras palabras, el proceso inflacionario y el fragmentado afán electoral que se constataron el año 2006, lejos de disminuir, se han profundizado. Más allá del folclore nacional y del desafío a la imaginación que nos llevan a tener partidos nacionales ya inscritos con nombres tan curiosos como Despertar Nacional, Fonavistas del Perú o Siempre Unidos, y eventuales agrupaciones regionales con denominaciones tan llamativas como Ciencia y Acción Movilizada (Ucayali), Chullo con Honestidad (Ayacucho) o Revisión, Rectificación y Reimpulso Revolucionario (Tumbes), la dispersión electoral resulta evidente y adquiere ribetes dramáticos.
Si hacemos una simple comparación con las elecciones regionales del año 2006, encontraremos que en ellas participaron en total, como hemos dicho, 70 agrupaciones regionales, esto es el 21% de las cerca de 350 que compraron el kit respectivo. Si aplicamos el mismo porcentaje, en el proceso de octubre bordearemos los 120 movimientos regionales, es decir 70% más que cuatro años atrás. A ello hay que añadir que en esos comicios el número...
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