Calamidad habitacional

A pocas semanas del vigésimo congreso del Partido Comunista Chino, en el que se espera que el presidente Xi Jinping obtuviera un tercer periodo como líder del partido, un problema mayúsculo se está volviendo más alarmante.

El mercado de vivienda se está hundiendo en un profundo hoyo, arrastrando consigo a la economía y hasta causado pequeños brotes de agitación social.

Más de dos tercios de la riqueza de los hogares urbanos están atados a los bienes raíces, sector que representa el 20% del PBI del país. El frenético ritmo de la construcción de viviendas solía ser emblemático del ascenso de China, pero ahora la confianza en ese modelo ha colapsado: los compradores están en retirada, los deudores, en "huelga hipotecaria" (no están pagando sus hipotecas) y los desarrolladores enfrentan escasez de liquidez. En julio, el valor de las ventas de viviendas nuevas cayó 29% respeto del mismo periodo del 2021.

Country Garden, el mayor desarrollador chino, ha reportado que sus ganancias han colapsado y señala que el mercado "se ha deslizado rápidamente hacia una profunda depresión". Hace dos años, en un intento por sosegar al monstruo inmobiliario, el Gobierno impuso límites, conocidos como las "tres líneas rojas" al endeudamiento de los desarrolladores.

Las reformas llevaban la marca de XI, quien insistía en ellas, no para especulación", La idea original era que reglas más estrictas harían que las empresas inmobiliarias se comportasen con mayor mesura y desanimarían a los compradores especulativos, lo cual permitiría que la construcción se ralentice a un ritmo razonable.

Las cosas comenzaron a salir mal el año pasado con el default de Evergrande, un gigantesco desarrollador. Hoy, la estrategia de Xi está hecha añicos, pues la actividad inmobiliaria está tambaleante.

Además de económico, la crisis ahora es un problema político. En partes del país, el malestar se está convirtiendo en insubordinación.

Los tenedores de hipotecas se han agrupado y han amenazado con dejar de pagar sus préstamos si no se reanuda la construcción de viviendas que llevan mucho tiempo pendientes de entrega.

Parte del problema es la fijación de Xi con su política de cero covid. Al tratar de suprimir los brotes con confinamientos, el Estado ha pisoteado la confianza, Chengdu, con una población de 21 millones de habitantes, es la más reciente megaciudad en ser puesta en cuarentena.

Otra parte del problema es que el plan original del Gobierno no resolvió los conflictos entre...

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