La caída de la bolsa en 2008

AutorWilliam Ríos Rosales/Fabián Vallas Trujillo

Por lo general, los países desarrollados y los organismos financieros internacionales piden a las naciones en vías de desarrollo que se sometan a una disciplina fiscal, instituciones económicas sanas, les prohíben el sobreendeudamiento, la apertura de los mercados financieros y la transparencia económica.

Pero en 2008, los indisciplinados fueron los países desarrollados, y, en particular, Estados Unidos. No obstante, todos pagamos las consecuencias de la crisis y tal vez, hoy una guerra comercial entre las potencias podría originar semejante resultado.

En aquella oportunidad, un grupo de bancos estadounidenses originó la recesión en la misma primera potencia del mundo, la Eurozona y Japón, mientras que se desaceleró la economía de China, América Latina y distintos países emergentes.

El inicio

Antes de 2008, se produjo un auge crediticio en medio de innovaciones financieras que hacían parecer que lo riesgoso era seguro. Las finanzas florecieron gracias al desarrollo de las tecnologías de la información.

Todo comenzó con la entrega de préstamos hipotecarios a personas con escasa capacidad de pago por parte de la banca comercial, que fueron denominadas “subprime”. No fue un problema para las entidades financieras, pues estos las unían con otras hipotecas y creaban un producto financiero nuevo, en el que empaquetaban diversos préstamos, unos buenos y otros malos.

El empaquetado era vendido a los bancos de inversión, entre ellos Lehmann Brothers, quienes a su vez lo ponían a la venta a través de la bolsa de valores a cualquier inversionista en el mundo. Todo funcionaba bien mientras los bancos de inversión siguieran comprando los empaquetados financieros que eran complejos, opacos y exóticos, por decir lo menos.

En un inicios, los analistas advirtieron el riesgo del efecto contagio en el mercado financiero. No obstante, reinaba un falso optimismo que las hipotecas “subprime” iban a tener un mínimo efecto en la economía. Otros confiaban que el peso de las economías asiáticas iba a diluir el peligro.

Es cierto que el riesgo era muy difícil de medir, pero, aun así, seguían comprando, pues se deshacían de ellos inmediatamente. La crisis estalló cuando los bancos de inversión, que se habían endeudado con otras entidades financieras y no financieras, ya no tenían más crédito y debían millones. Ya no pudieron comprar más hipotecas a los bancos comerciales sobre todo cuando la Reserva Federal (Fed) aumentó el precio del crédito.

Lehman Brothers, un...

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