La caída

La manera vergonzosa en que terminó el régimen de Alberto Fujimori y la explicable reacción posterior le han impedido al país sentirse plenamente orgulloso de la manera como fue derrotado Sendero Luminoso y menos aun incorporar plenamente en la doctrina los principios básicos y las estrategias que hicieron posible esa derrota, tan poco previsible a fines de la década de 1980.

La conmemoración de los veinte años de la captura de Abimael Guzmán es una ocasión para empezar a recuperar ese activo. El sanguinario y cruel Partido Comunista del Perú por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui (Sendero Luminoso) fue derrotado gracias a una estrategia que tuvo varios elementos, aunque los dos principales fueron una alianza con las comunidades campesinas en el campo, e inteligencia policial para perseguir a los cabecillas y atraparlos.

Los propios militares habían aprendido, hacia fines de la década de 1980, luego de diez años de fracaso, que la estrategia de sospecha y desconfianza hacia los campesinos, basada en prejuicios de origen colonial, y de represión indiscriminada, no funcionaba o era, incluso, contraproducente. A partir de la década de 1990 se produjo sistemáticamente el cambio: el Estado decidió llevar apoyo material a las comunidades e incluso darles armas. El resultado fue inmediato: los comuneros señalaron a los cabecillas senderistas o se enfrentaron heroicamente a ellos en verdaderas batallas, y en dos años Sendero ya había perdido buena parte de sus ?bases de apoyo?, que habían sido sometidas por el terror pero sin genuina adhesión.

En la ciudad, particularmente en Lima, la Dincote, una muy esforzada unidad de lucha contra el terrorismo que hasta 1990 trabajaba con métodos artesanales y muy poco presupuesto, y que con esos escasos recursos ya había estado a punto de capturar a Guzmán ese mismo año, recibió una cierta inyección presupuestal en 1991 que le permitió crear tres divisiones adicionales de lucha contra el terrorismo fuera de las dos que ya existían. El Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), la primera de las cinco divisiones, pudo comprar algunos vehículos para los seguimientos así como equipos de grabación, por ejemplo. El resultado es el que conocemos: la captura de Abimael Guzmán y de los principales cabecillas de la organización criminal, luego de un seguimiento...

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