Cuando caen las sombras: el Apra en el escenario electoral.

AutorBall
CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

A menos de seis meses de las elecciones presidenciales de 2006, el escenario empieza a moverse lentamente. El Apra, el único partido histórico del país, se apresta a participar en los comicios de abril luego del intenso proceso de <> que emprendiera a partir del año 2001, cuando se encontró en el peor momento de su historia electoral. Las encuestas, hoy en plena proliferación, no resultan lo favorables que quisieran en Alfonso Ugarte, aunque ubican al partido de la estrella en el segundo lugar. La intención de voto por Alan García se encuentra por debajo del 20 por ciento, mientras que Lourdes Flores aparece instalada con comodidad en el primer lugar del favor ciudadano. Ello a pesar del esfuerzo aprista que, bajo el liderazgo alanista, en estos últimos cinco años implementó distintas reformas internas intentando su recuperación electoral, su renovación institucional, su aggiornamento programático, el fortalecimiento de su presencia territorial y la ampliación de sus alianzas.

Más aún, García es el candidato que genera mayores resistencias en el electorado por el recuerdo de su gestión anterior. Poco más de un tercio de los votantes no estarían dispuestos a votar por él y, cuando señalan sus defectos, se cargan las tintas: aparece como mentiroso (32 por ciento), incumplido e irresponsable (29 por ciento) o deshonesto y corrupto (28 por ciento). (2) Sin embargo, también es cierto que se trata de la principal figura aprista, que su liderazgo en el partido es indiscutible, que ha encabezado el intento renovador de su organización y que su actual posición, cualitativamente distinta a la de cinco años atrás, se debe, entre otras cosas, a él. Mirar más allá del candidato y detenerse en los procesos internos, alentados por aquel, puede ser un ejercicio útil para entender los dilemas apristas del momento.

LA RECUPERACIÓN ELECTORAL Y LA RENOVACIÓN INSTITUCIONAL APRISTA

El inicio del siglo XXI halló al Partido Aprista Peruano en la peor de las condiciones. Reducido al 1,5 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales del año 2000 (152.519 votos), con una representación parlamentaria ínfima y con su líder principal, Alan García, fuera del país y mal recordado como consecuencia de su desastrosa gestión presidencial en la segunda mitad de la década de 1980, el viejo partido de Alfonso Ugarte parecía languidecer. La transición democrática y el retorno definitivo de García al Perú, es inevitable reconocerlo, le dio nuevos aires.

La reconstrucción electoral del Apra se inició el año 2001. García alcanzó casi el 47 por ciento del voto presidencial en la segunda vuelta y el partido obtuvo el 23,3 del voto parlamentario (28 congresistas), constituyéndose en la principal fuerza de oposición al toledismo gracias a su liderazgo y a una prédica aprista que se concentró, en ese momento, en seis temas: el derecho al trabajo, la reconstrucción de la agricultura, la gratuidad de la educación pública, el control del abuso de los monopolios, la justicia y la descentralización. (3) Era de esperar, entonces, que su acción parlamentaria posterior pusiera especial énfasis en esas materias, cosa que, como todos sabemos, no ocurrió.

Confirmando su renacimiento electoral, más adelante, el año 2002, el partido triunfó en 12 regiones y 235 municipalidades, lo que le permitió una importante presencia en los gobiernos subnacionales, ganando incluso en plazas tradicionalmente distantes del partido...

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