En busca del voto rural.

AutorCaballero Mart
CargoPODER Y SOCIEDAD

Hace poco realicé una visita de campo a las comunidades de Umasi y Raccaya del distrito de Canaria, en la provincia de Víctor Fajardo, Ayacucho, a fin de recoger información para un artículo para la Red de Ciencias Sociales. Quiero aprovechar esa visita para intentar explicar los resultados electorales en dichas comunidades y en dos distritos de esa provincia que fueron duramente afectados por la guerra interna de las décadas pasadas.

En 1983 se produjo en Umasi una masacre de comuneros, profesores y alumnos provenientes de las comunidades aledañas (entre ellas Raccaya) a manos de patrullas del Ejército. (2) En Cayara, el 14 de mayo de 1988, fuerzas militares asesinaron entre 28 y 31 comuneros, siendo este uno de los peores asesinatos colectivos documentados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). (3) Para llegar a Canaria es preciso hacer un recorrido en camioneta de aproximadamente ocho horas; de Canaria a Raccaya la distancia se cubre en noventa minutos; de Canaria a Umasi el viaje toma cuatro horas por una trocha apenas transitable, construida por los comuneros de Umasi.

Han transcurrido cerca de veinte años desde que ocurrieron aquellas masacres y las poblaciones siguen abandonadas a su suerte. A pesar de que todos los hechos de violación de los derechos humanos, los casos de desaparecidos y la destrucción de casas y bienes de esos pobladores están plenamente comprobados, a la fecha los deudos y habitantes de esas comunidades no han obtenido la justicia que esperan, ni dinero para reparar los daños ocasionados. Por el contrario, se aprecia que la reconstrucción de los servicios y la edificación de colegios han sido realizadas por iniciativa y acción comunal. Así, en faenas comunales, ambas comunidades han levantado el local y las aulas de dos colegios secundarios. Por acuerdo comunal decidieron alojar y alimentar a los profesores que enseñan en estos, y han logrado que la municipalidad distrital de Canaria pague los sueldos de tres profesores en Umasi y uno en Raccaya.

Los comuneros de Umasi tienen que caminar ocho horas bordeando los cerros y cruzando las punas para llegar a la capital del distrito y adquirir alimentos, hacer trámites o participar en alguna actividad local. Hemos mencionado que solo hay una trocha carrozable construida con trabajo comunal hacia Canaria, pero no hay transporte público que llegue al pueblo. Existe el trazo de una carretera que los iba a conectar con Lucanas, pero la obra está paralizada hace años.

Raccaya ha tenido mejor suerte pues hace un año se ha reabierto la mina Canaria. Ahora una nueva empresa, Catalina Huanca, ha reconstruido una carretera que la comunica con la capital distrital, ha contratado a comuneros y comuneras, paga tres profesores para el colegio secundario y ha puesto un bus que transporta (ida y vuelta a Canaria) a los pomadores de la comunidad.

Ambos distritos figuran entre los pobres extremos en el Mapa de Pobreza. Las pocas ONG que trabajaban en la zona desarrollando proyectos se retiraron hace tiempo por falta de recursos y de apoyo. (4) Las capitales distritales languidecen económicamente por falta de ingresos de las familias, aunque cuentan con luz y sus casas y tiendas (la mayoría) tienen un televisor donde ven los canales de señal abierta: Frecuencia Latina, Panamericana Televisión y América Televisión. Por tanto, los pobladores ven, entre otros programas, los noticiosos y políticos que emiten dichos canales.

EL PROCESO ELECTORAL DE ABRIL DE 2006

En las condiciones descritas, los pobladores de esos distritos participaron en el reciente proceso electoral para elegir presidente y congresistas. Resulta bastante meritorio que los comuneros de Umasi y Raccaya votaran en la proporción que lo hicieron, particularmente los comuneros de Umasi que tuvieron que ir a pie a...

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